El grupo que apoyaba y supervisaba la maniobra del «cruce táctico de río» en que murieron ahogados dos militares en la base cordobesa de Cerro Muriano dejó de estar activo hace cuatro años, según el atestado de la Guardia Civil al que ha accedido CASO ABIERTO. Así se recoge en el informe enviado por el Cuartel General de la Brigada Guzmán el Bueno X a los agentes de la Policía Judicial que investigan en qué circunstancias fallecieron el cabo Miguel Ángel Jiménez y el soldado Carlos León el pasado 21 de diciembre.
El Regimiento de Infantería La Reina 2, al que pertenecían las víctimas, dispone de «cuerdas, arneses, atalajes, mosquetones y anillos» para realizar el ejercicio, pero «no dispone a su cargo de cables, flotadores, salvavidas o embarcaciones tipo zodiac», materiales que, sin embargo, hasta 2020 se utilizaron en la maniobra del cruce del pantano, ya que hasta entonces esta se llevaba a cabo con la ayuda de personal especializado en el uso de dicho material: el batallón de Zapadores X.
«Expertos en cruces de agua»
Dos capitanes del Ejército de Tierra que realizaron el ejercicio varias veces, entre 2018 y 2020, han declarado que lo hicieron con la ayuda de zapadores y que «las medidas de seguridad fueron propuestas por ellos por ser los expertos en cruces de cursos de agua».
En concreto, según la documentación del caso, el «pelotón de buceo y navegación» cuenta con dos zodiac a motor, una sin motor y un bote inflable, así como vestuario y equipo de buceo: trajes isotermo, guantes de buceo, mochilas de buceo, calcetines de buceo, botas anfibias, tubos respiradores, gafas-máscara de nado-buceo, aletas de buceo, chalecos, bañadores de buceo, reloj subacuático, linterna subacuática e indicador de presión». Pero para poder operar con esos medios se necesita «personal cualificado, como zapador anfibio, buceador elemental-nadador de salvamento y patrón de navegación militar básica».
«No está capacitado»
De hecho, el propio informe de la Brigada Guzmán el Bueno X reconoce de forma explícita que «el Regimiento de Infantería La Reina Nº 2 no está capacitado para operar ese material«, por lo que «pueden solicitar el apoyo de una ‘capacidad’ (personal y medios) de otras unidades a través del Cuartel General», algo que, según las conclusiones de la Guardia Civil, no hizo el capitán al mando de la maniobra en que murieron los dos militares, ahora investigado, junto a un teniente y un sargento, por el Juzgado Togado Militar 21 de Sevilla,.
El problema, según el atestado de la Guardia Civil, es que aunque el capitán lo hubiera pedido, el Estado Mayor del Ejército de Tierra «decidió desactivar el batallón de Zapadores X en 2020», tal y como admite el propio Cuartel General de la Brigada Guzmán el Bueno X en el informe aportado a los investigadores: «con respecto al material del pelotón de buceo y navegación del batallón de Zapadores X, este pelotón estuvo activado hasta el año 2020, momento en que se produjo su desactivación por decisión del Estado Mayor del Ejército de Tierra. Por ello, aunque el material aún no ha sido retirado del Batallón de Zapadores X, la capacidad operativa que permite su empleo está desactivada, motivo por el cual desde el año 2020 no puede concederse el apoyo de la capacidad del Batallón de Zapadores a otras unidades«.
Un buceador para cada binomio
En junio de 2021, un capitán ya tuvo que realizar el cruce del río sin la ayuda del desaparecido grupo, así que optó por variar el ejercicio para garantizar las medidas de seguridad: «Realicé un primer ejercicio en 2019, estaba diseñado para realizar el cruce del pantano, sin hacer pie, apoyado por Zapadores, que previamente habían realizado un reconocimiento del mismo. Durante el paso, que (los militares) realizaron de dos en dos, se encontraban dando apoyo medios acuáticos y un buceador para cada binomio. La línea era de guía y su función fundamental era que, en caso de necesidad, poder tirar de ella como ayuda para impulsarse y poder salir del agua».
Este militar añade en su declaración ante la Guardia Civil que «el ejercicio se realizó sobre la mochila estanqueizada, que servía de flotador para apoyar el fusil e impulsarse a modo de rana con las piernas, que no quedan horizontales del todo, sino que se inclinan en ángulo hacia el interior. El cruce de vuelta estaba diseñado para hacerlo en los botes de los zapadores. El personal que llevó a cabo el ejercicio estaba muy instruido«.
Otro capitán cambió el ejercicio
Sin embargo, cuando ese capitán volvió a repetir la maniobra, en junio de 2021, «solicité apoyo de zapadores y, como no me fue concedido, cambié el diseño del cruce y opté por zonas en que no cubría y, por tanto, sin necesidad de nadar. El ejercicio se preparó para que el personal cruzase reduciendo su silueta al máximo, apoyados sobre la mochila y con el fusil encima. El agua, en todos los casos, no cubría, llegaba aproximadamente a la altura del pecho, aunque se debían agachar lo máximo posible», afirma el oficial.
La Guardia Civil concluye que el capitán que estaba al mando de la maniobra en la que fallecieron el cabo y el soldado «diseñó el ejercicio de ‘cruce táctico de río’ y envió toda la documentación al Jefe de la Plana Mayor del Mando de Regimiento La Reina nº 2, el 14 de noviembre de 2023. Dicha propuesta fue posteriormente autorizada por el Coronel Jefe del Regimiento». Pero «en la documentación no constan detalles sobre el ejercicio, tales como itinerario a seguir, profundidad u otros aspectos, tampoco figura ninguna solicitud de apoyos de material o de otras unidades».
Maniobra no regulada
Los investigadores señalan que «no consta la motivación del capitán para realizar el ejercicio del modo en que lo hizo, ni tampoco las comprobaciones que del itinerario pudiera realizar previamente, si lo hizo».
La investigación ha revelado que «no hay reguladas instrucciones o medidas de seguridad específicas para el ejercicio realizado en Cerro Muriano por el capitán, por lo que queda al criterio particular del mismo adoptar las que considere oportunas a las circunstancias». Aunque la Guardia Civil destaca que «en ejercicios anteriores realizados por otro capitan, al no contar este con apoyo de zapadores, decidió no realizar el ejercicio en zona en la que no se hacía pie, pero esa fue una decisión basada en su propio criterio, no por estar regulado expresamente».
Los investigadores han concluido que que «la concurrencia de las circunstancias que se dieron durante la práctica del ejercicio» (la ausencia de medios anfibios y otras medidas de seguridad, la profundidad del lago y las condiciones del fondo lleno de fango, las bajas temperaturas a las que estuvieron sometidos y que las mochilas no estaban correctamente estanqueizadas) dieron como resultado el fallecimiento de los dos militares».