La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha vuelto a reivindicar el abolicionismo como forma de defensa de los derechos humanos y la igualdad de género. Por eso, ante el resto de los grupos parlamentarios, ha defendido en el Congreso su postura sobre la necesidad de que España cuente con legislación que penalice a los clientes de la prostitución y a quienes se lucran de ello.