Una petición de cárcel de 20 años por asesinato, con el agravante de «alevosía», y una indemnización de 850.000 euros en total para los familiares de Francisco Javier Rodríguez Tobajas, más conocido como Fran Tobajas, el propietario de la inmobiliaria Golden Star. Es lo que pide la acusación particular para Felipe de Arriba Ramos, el autor confeso del crimen de la inmobiliaria, tal y como consta en el escrito de acusación al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA. La tesis sostenida por los demandantes es que De Arriba Ramos abordó a Tobajas el pasado 20 de septiembre a las puertas de su inmobiliaria en la calle Camposagrado y que «sin mediar palabra» le asestó dos puñaladas mortales, una de ellas en el corazón, delante de una de sus hijas. La demanda asegura que el acusado obró de «forma sorpresiva», con «la intención de matar» y de impedir «la defensa o la huida» de la víctima.
El escrito de acusación se remitió ayer al Juzgado de Instrucción número 3 de Gijón, el que estaba de guardia el día de los hechos. El sumario del caso está cerrado y ahora se espera que en los próximos días la Fiscalía califique los hechos y la defensa del procesado emita su postura. De Arriba Ramos siempre mantuvo que atentó contra la vida de Tobajas como represalia por un crédito, que él juzgó «abusivo», concedido por la víctima, antaño prestamista, a su exmujer. Además de los escritos del fiscal y la defensa, queda esperar a que se conforme el jurado popular que tendrá que valorar los hechos. El juicio aún no está fijado.
El relato de lo sucedido que hace la acusación es el siguiente. Los demandantes mantienen que Felipe de Arriba Ramos acudió la mañana del 20 de septiembre al número 51 de la calle Camposagrado donde se encuentra la inmobiliaria Golden Star «con la intención de matar» a Tobajas. El escrito señala que el acusado estuvo en las inmediaciones del negocio en «actitud de vigilancia y espera». Llevaba en su poder un cuchillo de carnicero, que había sustraído, como desveló este periódico, de la carnicería en la que trabajaba en la calle Uría.
El arma la llevaba en una bolsa de plástico y tenía el mango rojo y un filo de 15 centímetros. Prosigue el documento diciendo que fue sobre las 13.45 horas cuando Tobajas en compañía de una de sus hijas aparcó en doble fila «a la puerta de la inmobiliaria» entrando los dos a su interior. Pasado un tiempo, la víctima volvió a salir a la calle en dirección a su coche, un Peugot blanco serigrafiado con motivos de su negocio, cuando el procesado le abordó antes de que pudiera llegar al vehículo. El escrito dice que fue «rápido», «sorpresivo», y que atacó sin «mediar palabra». Fue entonces cuando, sigue el escrito, Felipe de Arriba Ramos le asestó con el citado cuchillo dos puñaladas «con la intención de matarle». Una de estas puñaladas entró por el pectoral izquierdo, llegando directamente al corazón. «Lo hizo sin darle oportunidad de una posible defensa del ataque o de huir del lugar», añade el texto, que finaliza diciendo que el procesado carece de antecedentes penales. Por todo ello, califican los hechos como un delito de asesinato con el agravante de alevosía.
La petición de cárcel es de 20 años, la máxima pena que se puede pedir en este caso. Piden la inhabilitación absoluta del acusado durante el tiempo que dura la condenada y cuantiosas indemnizaciones en cuestión de responsabilidad civil. En concreto, piden que se indemnice con 300.000 euros a la hija de Fran Tobajas que presenció en persona el crimen, otros 200.000 euros para la otra hija de la víctima, y 150.000 euros para el padre y otros 150.000 euros para la madre del propietario de la inmobiliaria Golden Star. En total, la suma se va a los 850.000 euros, a los que habría que sumar los intereses legales. El escrito, entre otras cuestiones, cita a varios testigos, los agentes que participaron en el caso y a los forenses que dictaminaron que el autor de los hechos era perfectamente consciente de lo que hacía.
El crimen de la inmobiliaria conmocionó a la ciudad. Felipe de Arriba Ramos fue detenido poco después del ataque por la Policía Local. Iba ensangrentado y había tirado el cuchillo por encima de la tapia de la residencia del Carmen. El cuchillo se pudo recuperar fácilmente. A los agentes que lo detuvieron manifestó que había obrado así porque la víctima le había concedido en el pasado un préstamo a la que ahora es su exmujer cuyas condiciones «juzgó abusivas». La exmujer del procesado llegó a querellarse años antes contra Tobajas por estafa, pero la denuncia no se admitió a trámite. El acusado explicó que, a consecuencia de este préstamo, terminó por perder su casa y su matrimonio. Vivía en una habitación de un piso compartido en Contrueces. Desde septiembre permanece en la cárcel de Asturias.