La autocomplacencia no es la mejor guía para cualquier gobernante. Este es un principio básico de la búsqueda constante del progreso y la mejora de toda acción política. Pero eso no impide reconocer, en las ocasiones que lo merecen, que tenemos mucho que celebrar.
Y este 28 de febrero es una de esas ocasiones. Andalucía se ha convertido, por méritos propios, en una comunidad de referencia no solo en talento, en capacidad para innovar y en audacia para avanzar… también ocupa ese liderazgo en resultados, en medidas para facilitar la vida a sus ciudadanos y en anticipación ante sus problemas. Hoy, Andalucía está mejor que al inicio del gran cambio que emprendimos juntos hace un lustro: hay menos paro, más empleo, se exporta más, hay más empresas, menos impuestos y menos deuda.
Los andaluces hemos visto además cómo ha aumentado nuestra competitividad respecto de la media de regiones europeas. Una convergencia que se ha reflejado también en que la renta de los hogares andaluces ha aumentado tres puntos y medio en comparación con la media española. Y la tasa de riesgo de pobreza se ha reducido en seis puntos, similar a la reducción que ha experimentado la tasa de abandono escolar.
Con todo, queda mucho por seguir trabajando para afianzar el liderazgo de Andalucía, pero creo humildemente que estamos en el camino correcto. Porque ahora su voz, la de Andalucía, se escucha de otra manera en Bruselas y se tiene en cuenta en los debates nacionales. Porque ahora lideramos muchos de esos debates con iniciativas que benefician al resto de españoles por igual, como la eliminación de impuestos, la reducción de trabas burocráticas o la consecución de grandes acuerdos como fruto del diálogo constante con todos.
Lo más gratificante como andaluz es poder celebrar juntos que hemos recuperado la estima de sentirnos parte orgullosa de esta tierra
Incluso en los grandes problemas que lastran nuestra economía, como lo es la crisis climática y el azote de la sequía, podemos celebrar la capacidad de Andalucía de anticiparse y reaccionar movilizando 4.000 millones de euros en actuaciones encaminadas a garantizar el agua, más allá de ciclos o coyunturas. También en la situación que viven nuestros agricultores y ganaderos los andaluces podemos celebrar el inquebrantable apoyo a nuestro sector agrario o la apuesta por convertir a Andalucía en la potencia líder en la generación de energías limpias y de hidrógeno verde de Europa como respuesta en la lucha por el cambio climático que afronta el planeta.
Pero, de todo lo que tenemos que celebrar en este Día de Andalucía, lo más gratificante como andaluz es poder celebrar juntos que hemos recuperado la estima de sentirnos parte orgullosa de esta tierra. El liderazgo que logra cada día Andalucía es el liderazgo de su gente. Los andaluces somos líderes en talento, líderes en alegría de vivir, en amor por nuestras tradiciones y por nuestra historia. Los andaluces somos líderes en humanidad y en cercanía, en cariño por los nuestros y por los demás, en acogida y generosidad. Somos líderes en otra forma de hacer las cosas, mejor, más inclusiva, más pragmática, más sensata.
Quienes antes dirigían su mirada a esta tierra lo hacían -y lo digo con tristeza- con cierto desdén, con algo de arrogancia y con no poca displicencia, a consecuencia lamentablemente de décadas de falta de ambición y de indolencia de quienes la gobernaban. Pero ahora Andalucía es vista de otra manera, incluso diría con admiración y con respeto también por quienes en algún momento llegaron a despreciar todo el potencial que guardaban los andaluces y que está aflorando gracias al esfuerzo, la ilusión y el trabajo de todos.
Por eso, este 28 de Febrero tenemos mucho que celebrar. Y felicitarnos porque todo lo que conmemoramos el Día de Andalucía es un acicate para seguir avanzando, para insistir en lo que funciona; también para desechar los errores y cambiar lo que no funciona, con humildad, sin soberbia, con ese pragmatismo propio del que comparte un objetivo común que no es otro que dejar una tierra mejor que la que heredamos.
No tengo ninguna duda de que lo vamos a lograr, porque en Andalucía somos líderes en echarle coraje al día a día; así lo pone de relieve la campaña que este año nos quiere sacar una sonrisa al pensar que podemos sentirnos orgullosos de celebrar nuestro día, el Día de Andalucía, siendo líderes. Feliz 28 de Febrero, en el que tenemos mucho que celebrar.