Ciriaco ha vuelto a casa llorando y roto de dolor, dejando a sus padres sin palabras al pensar que le había ocurrido alguna desgracia a Maribel en Mánchester.

Al mencionar la supuesta muerte de su abuelo, Manolita y Marcelino le han respondido que Pelayo está bien y, lo más importante, está vivo.


Tal y como le han asegurado, todo ha sido un malentendido de Luisita y, sin duda, esta confusión ha llevado a Ciriaco a experimentar una mezcla de emociones, atónito ante la situación.

Pero Ciriaco no es el único que está en la Plaza de los Frutos. Amelia y Catalina han llegado con él, y sus otras hermanas mayores, Leonor y María, están en el hotel La Estrella dejando sus cosas.

Ahora, por fin, la familia Gómez puede reunirse después de tanto tiempo y, sobre todo, celebrar la vida.