Más allá de las murallas Servianas, construidas por Servio Tulio, el sexto rey de Roma, el gran Pórtico de Minucia se extendía hasta el cercano Campo de Marte. En aquel lugar estuvo ubicado un antiguo altar dedicado al dios de la guerra y cientos de jóvenes entrenaron y practicaron deporte al aire libre. En época republicana e imperial, miles de plebeyos se apiñaron junto al pórtico en más de una ocasión cuando tenía lugar alguna de las ansiadas frumentationes, es decir, el reparto gratuito de cereales

Hoy, dos milenios después de que la Urbs dominase el Mediterráneo, sigue enclavado en el centro de la bulliciosa capital italiana. En una de las innumerables obras y reformas que sufrió el Palazzo Lares Permarini para reconvertirlo en un hotel de 5 estrellas, los arqueólogos se toparon con los restos del lado oriental del Pórtico Minucia. A menos de cinco minutos andando se encuentra la plaza de Largo di Torre Argentina, el único lugar que aún conserva los restos del sitio donde fue asesinado Julio César aquellos idus de marzo del año 44 a.C.

Hasta el momento de este increíble hallazgo arqueológico, las versiones sobre cómo debió lucir este pórtico se sucedían unas a otras y eran motivo de debate entre los investigadores. «La creación de un modelo tridimensional del monumento también permitió identificar su ubicación exacta con respecto al tejido urbano actual», informa en un comunicado la Superintendencia Especial de Arqueología de Roma.


Imagen de las nuevas secciones del pórtio Minucia

Superintendencia Arqueológica de Roma

Bajo el sótano

En el verano de 2020 aparecieron los restos: dos hileras de grandes bloques de peperino (toba volcánica de color gris) de época imperial marcan de forma precisa el límite oriental del pórtico. De este sólo se conocían sus cimientos y algunos fragmentos dispersos que aparecieron en 1983. Su investigación reveló que el suelo se levantó en dos fases. Alrededor del siglo I d.C. se amplió con una extensión que pasó a ser conocida como porticus Minucia Frumentaria debido a estos repartos gratuitos de cereal. Estas construcciones quedaron reflejadas en el conocido como Forma Urbis, un plano de Roma creado en mármol sobre el año 209 d.C. 

Estos últimos vestigios serán los que se podrán visitar en el sótano del hotel junto a un vídeo que recoge la reconstrucción tridimensional del pórtico y la plaza. «El descubrimiento es un motivo de orgullo para nosotros porque, por primera vez, vemos las paredes del Pórtico Minucia elevados y las decoraciones de mármol que los adornaban (…). Un segundo hecho importante es que ahora conocemos la ubicación exacta del límite oriental del Pórtico Minucia», desarrolla Marta Baumgartner, arqueóloga de la Superintendencia responsable de la investigación en el momento del hallazgo. 

«El descubrimiento de una parte del Pórtico Minucia tiene una gran importancia a nivel científico y constituye una oportunidad para reiterar cómo la Superintendencia puede trabajar eficazmente con entidades privadas», resalta Daniela Porro, superintentende especial de Roma. 

En cuanto a la investigación y financiación de la misma, la Superintendencia destacó el papel de Finint Investments, propietaria del inmueble donde se situará el hotel de la cadena Radisson Collection y que albergará un pequeño espacio dedicado a su puesta en valor, tanto para sus clientes como para los turistas corrientes y la población de Roma.