La Guardia Civil ha detenido este martes a un hombre que llevaba 30 años haciéndose pasar por médico rehabilitador en Rincón de la Victoria (Málaga). El investigado, que no disponía de ninguna titulación, atendía a una gran cantidad de personas en una vivienda de la localidad de Torre de Benagalbón, que utilizaba como clínica privada. Según fuentes policiales, el hombre habría llegado a estafar más de 300.000 euros sólo a dos de sus pacientes prescribiéndoles tratamientos falsos excesivamente caros y prolongados en el tiempo.
Las alarmas saltaron el pasado mes de enero, cuando dos personas de la zona del municipio malagueño que frecuentaban la consulta del detenido informaron a las autoridades de que un hombre podía estar ejerciendo de rehabilitador sin ser médico colegiado. Los pacientes aseguraban no estar satisfechos con los métodos de recuperación que el supuesto traumatólogo aplicaba, ya que a pesar de lo largos que eran y de sus desorbitados precios, no estaban dando ningún resultado. Uno de ellos señaló que su tratamiento le había costado un total de 240.000 euros. Los denunciantes también señalaban que el impostor decía trabajar en el Hospital Cínico de Málaga. Rápidamente la Guardia Civil inició una investigación, conocida como Operación Bonidoc, que comenzó por comprobar la larga lista de pacientes que acudían a la consulta del médico impostor, la mayoría con patologías relacionadas con el dolor de huesos y las articulaciones. «Pensaban que sus enfermedades estaban siendo tratadas por un médico rehabilitador colegiado, cuando en realidad carecía de cualquier titulación en el ámbito sanitario», han explicado desde el instituto armado.
Poco antes de las respectivas denuncias, la Guardia Civil ya había recibido un aviso de las acciones que el investigado podía estar llevando a cabo. El familiar de una paciente contactó con el Colegio de Médicos para comprobar si éste estaba colegiado. El Colegio detectó que el supuesto facultativo no estaba colegiado en Málaga ni tampoco en otro colegio de España.
Tras el comienzo de la investigación, el abogado de la Asesoría Jurídica del Colegio de Médicos Antonio Moya averiguó que el ahora detenido tampoco trabajaba en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria, cosa que también les aseguraba a sus pacientes durante las sesiones.
El dinero que el estafador cobraba a sus clientes
Según fuentes cercanas al caso investigado, el hombre haciéndose pasar por traumatólogo titulado llegaba a cobrar entre 50 y 60 euros por sesión. Sus pacientes afirman que solía recibir de ocho a diez pacientes al día, por lo que el impostor podía ingresar entre 400 y 600 euros en una sola jornada laboral. Además de los 240.000 euros timados a uno de los dos denunciantes. Las autoridades continúan investigando el caso, que sigue abierto, y no descartan que pueda haber más personas afectadas económicamente.
El impostor cometió más delitos
Después de la detención del estafador por delitos de intrusismo laboral y de estafa agraviada, los agentes realizaron un registro en la vivienda que usaba de consulta. Allí encontraron gran cantidad de documentación e informes médicos, análisis de sangre, ecografías y resonancias magnéticas de varias personan que acudían a su supuesta clínica privada, así como dos agendas que contenían citas de clientes y sus posteriores cobros por los tratamientos recibidos. En todos los documentos hallados, figuraba un sello con el nombre del detenido en el que figuraba como médico rehabilitador, además de un número de colegiado.
Estos no eran los únicos delitos que había cometido el detenido, ya que tras el registro y la investigación las autoridades han confirmado que al igual que se hacía pasar por médico rehabilitador, el detenido también se había hecho pasar por profesor de universidad “careciendo otra vez de cualquier titulación habilitante” también durante 30 años.
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