Un ciudadano con pasaporte iraní, aunque nacido en Armenia, se presentó ante la Jefatura de Policía de Palma en el mes de junio del año 2020. Acudió en busca de protección, asegurando que en su país, Irán, se le estaba persiguiendo porque no profesaba la religión musulmana, ya que había sido bautizado en la fe cristiana. Como muestra de dicha persecución aseguró que su padre, que durante un tiempo se había dedicado a la difusión clandestina del cristianismo, había sido asesinado en el año 2007. Los autores del asesinato no llegaron a ser identificados, pero se les relacionó dentro de un grupo asociado a Isbolá.