No es una foto muy habitual en Cataluña, la del consenso entre representantes sindicales, artísticos, periodistas de referencia, organizaciones sociales, entidades como Òmnium y la ANC y ciudadanos a título individual. El motivo, denunciar que «protestar no es terrorismo» y acusar abiertamente a determinados jueces de injerencia política, cosa que, según denuncia el manifiesto, debilita la democracia y trata de producir un efecto disuasorio respecto a otros movimientos de protesta.