El Partido Conservador británico se ha visto envuelto en un nuevo escándalo interno por los comentarios de algunos de sus miembros contra la comunidad islámica. El primer ministro, Rishi Sunak, ha salido al paso este lunes de las polémicas declaraciones del diputado Lee Anderson, exvicepresidente del partido y miembro del ala dura, quien ha asegurado este fin de semana que los islamistas «han tomado el control» de Londres por culpa de su alcalde, el laborista Sadiq Khan –musulmán de ascendencia paquistaní–. Sunak ha calificado los comentarios de Anderson como «inaceptables» pero ha negado que exista un problema de islamofobia en su partido.
«Creo que el racismo y los prejuicios de cualquier tipo son totalmente inaceptables y debemos erradicarlos«, ha dicho el primer ministro este lunes en una entrevista a la BBC. «Y creo que nos incumbe a todos, especialmente a los miembros del Parlamento, no inflamar nuestros debates de forma perjudicial para los demás», ha añadido. Pero las acusaciones contra la dirección del partido por utilizar una supuesta doble vara de medir a la hora de condenar el antisemitismo y la islamofobia han ido en aumento en las últimas horas. El propio Khan ha cargado contra Anderson por «echar leña al fuego del odio contra los musulmanes», en un momento de alta tensión en el Reino Unido por el conflicto en Gaza.
Críticas habituales
El Partido Conservador ha suspendido al diputado tras su negativa a disculparse por sus palabras, a pesar de que algunos compañeros han justificado su actitud y han acusado a Khan de ser incapaz de controlar las multitudinarias manifestaciones propalestinas en Londres (a pesar de que la gran mayoría de ellas se han desarrollado de forma pacífica y sin incidentes). Las críticas contra estas marchas se han convertido en algo habitual en los últimos meses en el partido, especialmente entre los representantes del ala más dura, entre ellos la exministra del Interior Suella Braverman, quien aseguró hace pocos días, en una entrevista al ‘Daily Telegraph’, que los islamistas «están al mando» en el Reino Unido.
El aumento de los ataques contra la comunidad islámica también ha recibido una respuesta contraria dentro del propio partido. Sayeeda Warsi, exministra conservadora en el Gobierno de David Cameron, ha exigido a Sunak que reconozca que existe un problema de islamofobia en su formación y que tome medidas más contundentes para combatirla. En declaraciones al diario ‘The Guardian’, Warsi ha urgido al primer ministro a «llamar a la islamofobia por su nombre». «¿Por qué el primer ministro ni siquiera puede denunciar el racismo y la intolerancia antimusulmanes? ¿Por qué no puede usar esas palabras?», ha planteado la actual miembro de la Cámara de los Lores.
Aumento de la tensión
El clima de tensión entre las dos comunidades a raíz del conflicto en Gaza ha dado el salto a la política y está provocando batallas internas tanto en el Partido Conservador como en el Partido Laborista, incapaz de mantener una posición unánime en la condena a los ataques de Israel. Incluso el presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, se ha visto salpicado por la polémica en los últimos días. Algunos diputados han mostrado su preocupación por el aumento de las amenazas contra miembros del Parlamento debido, en parte, a las declaraciones incendiarias de algunos representantes públicos en uno y otro lado.
La tensión también ha ido en aumento en la calle en los últimos meses. La organización Tell Mama, una entidad creada para monitorizar los delitos de odio contra la comunidad musulmana, asegura que los ataques islamófobos desde que estalló el conflicto en Gaza el pasado octubre se han triplicado, en comparación con el mismo periodo del año anterior. En el caso de los delitos de odio contra la comunidad judía, la organización Community Security Trust detectó más de 4.000 incidentes de este tipo en 2023, un aumento sustancial respecto al año anterior, cuando se registraron poco más de 1.600.