La primera temporada de Noah Darvich (17 años) en el Barça podría dividirse en dos fases. Unos primeros meses de adaptación lenta y una segunda etapa, tras ganar el Mundial sub’17, de mayor impacto en el equipo.
El alemán llegó como una de las grandes promesas del fútbol europeo, pero sigue inmerso en un proceso de ajustarse a un cambio de estilo profundo.
Acostumbrado a un juego más directo y a la libertad de jugar de mediapunta, en el Barça de Márquez ha tenido que reciclarse a un juego más posicional como interior.
En la mayor parte de la temporada, además, ha tenido que competir con Aleix Garrido, uno de los futbolistas más talentosos del equipo. ‘El pequeño profesor’, como se le conoce en La Masia, volvió el domingo a jugar tras superar unos problemas en el sóleo de la pierna derecha, pero se lesionó otra vez. Y esta vez de gravedad: una lesión en el quinto metatarsiano que podría tenerlo tres meses de baja.
Su ausencia debería abrir un nuevo escenario para Darvich, pero Márquez sigue insistiendo en varios aspectos de que debe mejorar para asentarse en el once.
Lo que le pide Márquez
«Tiene calidad y entusiasmo, pero le falta mejorar la toma de decisión. Cuando viene a jugar a nuestro campo le pedimos jugar más simple, y después, cuando está en campo rival, sí ser más decisivo», señala. «Sabemos que tiene buen disparo y buen pase entre líneas, hay que situarlo bien para que nos dé estas cosas».
En los últimos cinco partidos (ante la Cultural sustituyó precisamente a Garrido) ha disputado 231 minutos, pero con una sola titularidad. Márquez cuenta con opciones para el mediocampo como Casadó, Bernal, Moha y Unai que están por delante de Darvich en la rotación. Habrá que ver ahora qué impacto tiene la ausencia de larga duración de Garrido en los minutos de Darvich.
