Muchas personas a partir de los 65 años, y también sus familiares cercanos, necesitan información y asesoramiento sobre estrategias y hábitos saludables que pueden ayudar a mejorar problemas físicos, funcionales o psíquicos asociados al envejecimiento. El abordaje clínico de los adultos mayores debe ser específico y realizado por especialistas, considerando la complejidad de las necesidades de estos pacientes.
La ‘Valoración Geriátrica Integral’ que efectúa el Servicio de Consultas Externas de Geriatría y Gerontología de Hospital San José, consiste en la realización de una evaluación completa del estado clínico, funcional, mental y social del adulto mayor, al objeto de diseñar un plan individualizado preventivo, terapéutico y rehabilitador, que permita mejorar su calidad de vida y ofrecer orientación a sus familiares.
Un equipo interdisciplinar integrado por Javier Rodríguez García, médico especialista en Geriatría; Domingo Quintana Hernández, psicólogo especialista en Neuropsicología; José Antonio Estupiñán López, psicólogo clínico, y Francisco Javier Balea Fernández, médico especialista en Geriatría y psicólogo especialista en Neuropsicología, actúan coordinadamente en la práctica de este estudio que comprende una valoración clínica, funcional, afectiva y cognitiva, psicosocial y nutricional del paciente, y que incluye una serie de pruebas destinadas a comprobar el correcto funcionamiento de los principales órganos y sistemas que pudieran presentar dificultades a causa del envejecimiento.
«Podemos prevenir o ralentizar el avance de algunas enfermedades neurodegenerativas»
Si durante la exploración se detectan síntomas relacionados con algún síndrome geriátrico, se practican pruebas complementarias que permitan realizar un diagnóstico precoz y determinar el tipo de déficit o de deterioro cognitivo del paciente, como ocurre en los casos de Alzheimer y otros tipos de demencia. Este diagnóstico precoz va a mejorar la calidad de vida del paciente y de sus familiares, al lograr mejorar o mantener su autonomía personal y sus capacidades cognitivas, según se explica a continuación.
Fase general del estudio: evaluación médica y neuropsicológica
En una primera consulta, se realiza la evaluación geriátrica del adulto mayor, al que se practican una serie de pruebas, como electrocardiograma, radiografía de tórax, análisis de sangre específico y de orina, y control de constantes (tensión arterial, frecuencia cardiaca, saturación de oxígeno, etc.). También, se efectúa una evaluación neuropsicológica y se analizan sus capacidades cognitivas (memoria, atención, razonamiento, etc.) y su situación psicopatológica (ansiedad, depresión, trastornos de personalidad, etc.).
Este estudio geriátrico, pormenorizado y personalizado, tiene en cuenta aquellos aspectos fundamentales que permiten identificar de manera temprana cualquier condición médica o enfermedad que pueda afectar la salud del adulto mayor, entre ellos los siguientes:
Estado cognitivo. Estudio indispensable para detectar posibles signos de deterioro cognitivo o demencia, como el Alzheimer, y tomar medidas preventivas o de intervención temprana para mantener la calidad de vida del paciente.
Movilidad, equilibrio y fuerza muscular. Se realiza una valoración de la movilidad, el equilibrio y la fuerza muscular para prevenir caídas y lesiones que pueden ser especialmente perjudiciales en personas mayores.
Estado nutricional. Se analiza la ingesta de nutrientes y se identifican posibles deficiencias o problemas alimentarios que puedan afectar a la salud del mayor.
Función cardiovascular. Se lleva a cabo una revisión del estado del corazón y los vasos sanguíneos para detectar posibles problemas cardíacos o riesgos cardiovasculares.
«El paciente y los cuidadores familiares mejoran su calidad de vida y agradecen mucho el apoyo y la orientación que les prestamos»
Función renal y hepática. Se hace una analítica específica para identificar posibles problemas de salud relacionados con la función de los riñones y el hígado.
Estado emocional y mental. Se examina la salud emocional y mental del adulto mayor para hallar posibles trastornos como depresión o ansiedad, que son comunes en esta etapa de la vida.
Condiciones médicas preexistentes. Ante condiciones médicas crónicas, se realiza un seguimiento adecuado y, en caso necesario, se ajusta el tratamiento.
Revisión de la medicación. Se estudia la lista de medicamentos que tiene pautados el paciente al objeto de verificar posibles interacciones y efectos secundarios no deseados.
Fase específica del estudio: tratamiento personalizado y orientación a familiares
En una segunda fase, tras obtenerse los resultados de las pruebas realizadas en la evaluación médica y neuropsicológica, podrá prescribirse un tratamiento completo, tanto farmacológico como no farmacológico (psicología, terapia ocupacional, logopedia, fisioterapia, etc.). Además, se informará al paciente y a sus familiares sobre hábitos de vida saludables y de fomento del autocuidado.
En el caso de existir evidencias de deterioro cognitivo, se indicará, además, la realización de una prueba de imagen cerebral (resonancia magnética) y, ante cualquier sospecha de otra patología detectada de forma precoz, se pedirán las pruebas complementarias necesarias, específicamente destinadas a profundizar de forma personalizada en una evaluación final completa.
La ‘Evaluación Geriátrica Integral’ del Servicio de Consultas Externas de Geriatría y Gerontología de Hospital San José, además de ayudar al paciente mayor, supone un gran apoyo para sus cuidadores familiares, pues reciben orientación y consejos para ellos mismos, así como sugerencias útiles para afrontar los cuidados y las tareas diarias. Esto resulta especialmente importante al abordar cambios en la comunicación y en la conducta de las personas con trastorno neurocognitivo, y a la hora de ayudarlas a que tengan una mejor calidad de vida.
CONTACTO:
HOSPITAL SAN JOSÉ
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