«Fui a Madrid con mi tractor/ Tengo que aricar la puerta del Sol/ Con mi Barreiros en la Castellana la tirada es larga/ Le pasé la grada, aquí solo hay grama», canta el vocalista de Zumo de Cebada entre contundentes riffs de guitarra eléctrica.
Esta canción del grupo vidrialés, «El tractor», compuesta en 2016 a la carrera porque era la única del Cd «Historias de un pueblo» que no tenía la letra completa mientras se grababa, no ha dejado de sonar cada día en Príncipe de Vergara, en una céntrica zona de Madrid.
Un quiosquero descendiente de Brime de Urz pone el disco a todo volumen al finalizar su jornada laboral. «Es mi banda sonora de plegar velas», explica Elías Castro Aporta.
«Lo que dicen estas letras son verdades como puños», enfatiza. Elías ha sido testigo de las tractoradas de la pasada semana. La letra de El Tractor estaba en sintonía con la protesta. «Te lo dice uno de Brime que ha vivido y mamado la vida en el pueblo. Dice verdades como puños», añade.
Este lunes las organizaciones sindicales agrarias viajarán a Madrid y se concentrarán ante el Ministerio de Agricultura para volver a protestar por la situación del sector agrario. Desde Zamora partirán numerosos agricultores. Entre ellos Timi Fernández, vocalista y bajista de Zumo de Cebada, pero primero agricultor. «Tengo un altavoz y lo llevaré a Madrid. Si molesto paro. Pero llevaré una mochila, lo llevaré atrás y haré sonar la canción», explica.
«Pienso hoy en mi tractor/ Para trabajar va como un avión/ Pienso en un Barreiros/ Sale el sol al amanecer/ Voy a labrar a la capital con mi Barreiros/ Un R-500«, arranca el tema tras varios compases tan metaleros como electrizantes.
Los sindicatos agrarios se concentraron en Benavente hace varias semanas. La tractorada recorrió la ciudad y la canción no dejó de sonar en bucle, como si fuese una especie de himno a través de un altavoz conectado a un generador. Timi no conducía su viejo R-500, el que le enamoró para escribir el tema cuya letra terminaron sus compañeros.
Timi Fernández en el local de ensayo de Zumo de Cebada en Cunquilla de Vidriales. / / J. A. G.
«La verdad es que tiene encaje con las protestas, pero no la escribimos pensando en una reivindicación. Nosotros somos practicantes y estamos arraigados al pueblo y a la agricultura. A lo mejor nos salió así por eso. Queríamos contar una historia sin más pretensiones. Las cosas salen así, pa’lante y se va contando. Lo que tenía claro es que quería cantar algo de mi Barreiros», explica.
«Historias de un pueblo», el álbum en el que se incluye este tema, se grabó en Cunquilla de Vidriales, en el local de ensayo de Zumo de Cebada. El productor, José Rubio, llevó el equipo de grabación. «Era el único tema que no tenía toda la letra. Yo había empezado con el estribillo, pero tenía que grabar las voces del resto de temas y había dejado este sin terminar. El resto del grupo se puso a completarlo», recuerda.
«El tractor» se quedó para el final y el grupo se fue a cenar a un restaurante con la canción inconclusa. «Mientras cenábamos la escribimos en una cartulina grande. El tractor –bromea– vino a cenar con nosotros. Me aprendí la letra leyendo la cartulina mientras cenábamos y luego regresamos para grabarla. Tiene parte de todos y curiosamente no nos quedó muy bien grabada. No quedó a nuestro gusto y le hemos pegado unos retoques, no a la letra, pero sí a la estructura de la música». Todos a los que se refiere son Andrés Esteban (guitarra), Tomás Fernández (guitarra), Álvaro Campo (batería) y Eutimio Fernández.
¿Es «El tractor» un tema gamberro?, preguntamos. «Yo creo que no. Es un tema hecho con cariño. Yo lo veo un tema cariñoso y se ha hecho con esa intención. No se hizo con la idea de reivindicar. Nosotros no hacemos música crítica. Nunca nos hemos metido en política con la música. Pretendemos hablar de la vida, de lo que ocurre, de lo que nos rodea», responde. «Con mi Barreiros/ Un R-500/ Dónde voy a arar/ Hoy voy a gradear/ Quiero terminar/ Me voy a echar», concluye el tema.
Agricultor desde siempre, Timi Fernández no vislumbra un porvenir halagüeño para una comarca agraria como la benaventana. «El futuro en los pueblos cada vez es más jodido porque mucha gente que vivía de la agricultura ahora ya no puede. Tienes que tener más terreno, trabajar más, tener más maquinaria, hacer más inversión, y endeudarte más», dice.
«Si antes se vivía con veinte hectáreas, ahora tienes que tener cien. A eso vamos y así está montada la cosa. Los pequeños agricultores se están yendo al garete», afirma.
A su juicio la Política Agraria Común (PAC) «está pensada para que no se abandonen las tierras. Si no existiera, en esta zona donde estamos mucho terreno no se podría cultivar. ¿Qué ocurriría con un país con un montón de terreno no cultivable? Nos quedaríamos sin comer».
«A veces se juega a la lotería. Hasta que no acaba el año y tienes el dinero en la cartera no puedes asegurar nada. Dependemos del tiempo, de que te metan productos de fuera que tiran el mercado. ¿Quién domina esto? Los cereales, entre cuatro en todo el mundo. El problema que estamos teniendo es que no libramos gastos. No hay seguridad para los productos», aduce.
«Los gastos que hacemos en secano llevaremos dos años que no se han cubierto. Pero que te gastes 1.000 euros o más por hectárea de cereal, entre pitos y gaitas, es lo normal y no los sacas luego. Llevamos dos años que no hemos librado los gastos porque ha habido sequía. Con suerte sale bien un año de cuatro o de cinco», agrega.
La situación no es distinta con los viñedos. «Es igual. Este año han estado las bodegas atascadas de vino, pues qué van a hacer. Si no pueden quemar pues ahí queda. La pagan a nada. Hay excedente y sobra uva porque las bodegas están llenas. Cómo van a comprar si no han vendido. Debería haber una ley para que las bodegas puedan quemar».
Timi cree que aunque la PAC «no deja de ser una compensación por lo que deberías de ganar. Pero lo suyo es poderlo ganar. Poder producir y poder cobrar los productos a su justo precio«.
