Las autoridades danesas anunciaron este lunes el cierre de la investigación del sabotaje a los gasoductos rusos Nord Stream 1 y 2, ocurrido en septiembre de 2022, por falta de base jurídica para abrir un caso penal.
«La investigación ha llevado a las autoridades a concluir que hubo un sabotaje deliberado de los gasoductos. Sin embargo, se estima que no hay base suficiente para realizar un caso penal en Dinamarca», consta en un comunicado conjunto de la Policía y los servicios de inteligencia daneses (PET).
La Fiscalía sueca ya había anunciado a principios de este mes el cierre de su propia investigación apelando a la falta de jurisdicción.
Las pesquisas han sido «complejas y amplias» y las autoridades danesas han cooperado con socios extranjeros «relevantes».
«El PET sigue la evolución del escenario de amenazas y ha puesto en marcha, junto con otras autoridades de relevancia, las medidas necesarias para proteger la infraestructura critica de Dinamarca», consta en el comunicado, en el que se advierte que no habrá más explicaciones sobre la decisión.
Silencio a lo largo del año y medio
Al contrario que las autoridades suecas, que sí ofrecieron varias actualizaciones del caso a cargo del fiscal responsable, las danesas se han mantenido en silencio a lo largo del año y medio que ha estado abierta la investigación preliminar.
En total se localizaron dos fugas en cada gasoducto, dos en la zona danesa y dos en la sueca, todas en aguas internacionales, que los gobiernos afectados calificaron pronto de «sabotaje», además de señalar la responsabilidad de un actor estatal.
Las tres principales fugas se dieron por terminadas a principios de octubre del mismo año, al alcanzarse una presión estable en las tuberías, pero la más pequeña continuó activa algunos días más.
Ninguno de los dos gasoductos estaba en servicio cuando se produjeron los accidentes.
El primero interrumpió los suministros al alegar Moscú problemas técnicos, mientras que el segundo nunca entró en funcionamiento, puesto que el Gobierno alemán lo bloqueó a raíz del reconocimiento por Moscú de las autoproclamadas repúblicas separatistas del Donbás, en febrero de 2022.
Hipótesis enfrentadas sobre la autoría
Tanto los países afectados como el resto de la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Rusia hablan de sabotaje, aunque difieren en cuanto a la posible autoría.
Moscú ha acusado a países «anglosajones» de estar detrás, aludiendo a la oposición al proyecto que durante años ha mantenido Washington, mientras algunos países occidentales han señalado en la dirección contraria.
Una investigación del periodista estadounidense Seymour Hersh apuntó a la inteligencia de EE.UU., con la colaboración de Noruega y otros países occidentales.
Medios de Estados Unidos y Alemania señalaron posteriormente a un grupo proucraniano como autor del sabotaje.