Ni un temporal de agua y viento puede parar ya al transatlántico coruñés, decidido a poner fin a su larga odisea tras cuatro años fuera del fútbol profesional a golpe de goleada. El Deportivo superó con autoridad (0-4) a un Osasuna Promesas muy inferior, que apenas opuso resistencia. Lucas dirigió la fiesta particular de Iván Barbero en su regreso a Tajonar. Allí donde en 2019 firmó su primer hat-trick, ayer volvió a salpicar el lienzo con una actuación perfecta. Un triunfo que sitúa en segunda posición a los pupilos de Idiakez, a un punto de la Ponferradina, el nuevo líder.
Sobre la intensa lluvia que condicionó y marcó el partido en Tajonar, el Deportivo arrancó decidido a disfrutar sobre el césped. Como un niño que se divierte cuando la pelota no bota, los coruñeses, ayer de amarillo, se adaptaron con rapidez a las adversas condiciones, que fueron empeorando con el paso del duelo. En apenas tres minutos, Mella puso su sello. Le habían preguntado a Idiakez en la previa si estaría en condiciones tras la concentración con la selección española sub 19 de la pasada semana. Lo que estuvo el de Espasende fue soberbio. Se emparejó con el diestro Dufur, a pie cambiado, que no supo cómo frenar al nervio juvenil y en 270 segundos ya había disparado dos veces. Entre líneas, Lucas bailaba con comodidad, girando el paraguas futbolístico de lado a lado. Si el agua frenaba la pelota cuando la tenían los navarros, el Dépor conseguía darle ritmo. En siete minutos llegó el primer gol.
El filial rojillo se ahogaba sin saber por dónde le llegaban las ocasiones. Su línea, adelantada, fue un regalo para un Dépor que explota cada rincón. Tras las dos primeras llegadas, a la tercera cayó el tanto. La jugada se inició en la derecha, Lucas la cambió a la izquierda para la subida de Balenziaga y el vasco asistió a Iván Barbero. Ley del ex, momento idílico o simplemente ser buen delantero. El de Roquetas del Mar se giró sobre la espalda de su par y ajustó para poner el 0-1.
Los pupilos de Idiakez no se conformaron con una ventaja mínima cuando su superioridad era aplastante. Osasuna, con muchas bajas y ausencias, perseguía sombras. Parecía un juego de adultos contra cadetes. Mella revoloteaba, Yeremay rompía con el tópico de no conducir sobre un tapete empapado, y el grupo repetía esfuerzos para no conceder ningún contragolpe. Por la derecha voló Ximo Navarro para asistir en el segundo. El lateral valenciano estuvo pletórico en Tajonar. De nuevo Lucas sirvió la ruptura, cortó su excompañero en el Alavés. Ya lo dijo durante la semana: ese césped lo había pisado con anterioridad. Conocía las distancias a recorrer y galopó para llegar a línea de fondo. Buscó el área y encontró al nueve. Iván Barbero volvió a cazarla, infalible en un terreno de juego que pisó una cuarentena de veces. Nadie sabía cuán capital sería la baja del andaluz hasta que se fue y hasta que volvió.
La lluvia hizo hincapié en un césped que no soportó. Se relajó para los minutos finales del primer tiempo, cuando la pelota ya apenas era capaz de botar. Entre medias, Jaime entró por Balenziaga, que pidió el cambio indispuesto y mandó a Ximo a la izquierda. Dani Barcia miraba de reojo, por si acaso. Iano, mientras, tendrá que aguardar su turno. Rozó el Dépor el segundo al filo del descanso con un arreón de Mella, una exquisitez de Yeremay y el casi de Jaime. Sí, Jaime, animado a cazar un balón en el área que no entró por centímetros.
Santi Castillejo, técnico de Osasuna, realizó tres cambios en el descanso con la esperanza de darle la vuelta al partido. Sacó de un golpe a sus dos centrales. Lo que no calculó el técnico de Valtierra era que tras apenas dos minutos de segunda parte su zaga quedaría totalmente expuesta ante la pareja de delanteros amarillos. Lucas apareció una vez más en el balcón del área rival. Por delante se encontró un desajuste que aprovechó su compañero de armas. Llevaba dos y no le temblaron las piernas para firmar su segundo hat-trick. El primero lo logró precisamente en Tajonar, de rojillo, en 2019 ante el Arenas de Getxo en la antigua Segunda B. Cinco años después aprovechó un pase de Lucas para picársela con sutileza al griego Stamatakis, uno de los mejores de la categoría.
El Dépor de 2024 es un equipo hambriento, ofensivo y dominador. Subyuga a su rival sin opción a réplica. No tiene paciencia ni espera respuestas. Un 0-3 no era suficiente. No para un vestuario que pasó demasiadas penurias para el potencial de su plantilla. Cuando se cumplía la hora de juego, Yeremay cayó derribado en el área. Asier Osambela tumbó al canario y el cántabro Pardeiro Puente no dudó. Las penas máximas tienen nombre y apellido. Lucas, que ya había dejado su asistencia de rigor, disparó al medio para engañar al portero rival y sentenciar. 0-4.
Idiakez, aun así, tardó en fiarse. Los primeros tres cambios llegaron en el minuto 65. El easonense se permitió dar descanso a José Ángel, que vio la séptima amarilla. Mella y Barbero dejaron su hueco para que entrasen Rubén, Alcaina y Davo. También ingresó Hugo Rama con el partido ya dormido, cuando Osasuna soltaban algún lujo ofensivo y los coruñeses bajaban de marcha. Se lo pudo permitir, con ventaja suficiente para replegar y contragolpear.
El conjunto blanquiazul continúa una racha impecable. Seis victorias consecutivas, 21 goles a favor y solo dos encajados. Tercera goleada que sirve para recortar distancias y asaltar la segunda posición tras la derrota del Nàstic a manos del Teruel. El nuevo líder es la Ponferradina, a quien los coruñeses tienen el golaverage ganado. Aunque, a este ritmo, no hará falta revisar los emparejamientos directos. El Deportivo vuela en un 2024 prácticamente perfecto. El transatlántico, como siempre se le ha llamado desde la distancia en los últimos cuatro años, ha dejado de estar encallado. Que no frene más.