Hace algo más de una semana el PP estaba en vilo. La victoria electoral en Galicia, aún más rotunda de lo que esperaban tras la agonía final de la campaña, ha servido para tomar el impulso que el partido necesitaba. Y muy especialmente su líder. El abismo al que algunos creyeron asomarse terminó provocando un punto de inflexión crucial dentro de la formación: Alberto Núñez Feijóo retoma el control y advierte a los suyos de que no se puede perder el tiempo y que la tensión interna debe mantenerse entre las filas ahora que todo se ha encarrilado.
Y en mitad de esta reflexión, aún con la resaca del triunfo gallego, estalló el ‘caso Koldo’, que amenaza con convertirse en una trama de corrupción muy preocupante para el PSOE de Pedro Sánchez, hasta ahora exento de escándalos similares. Bajo la lupa sigue José Luis Ábalos, el hombre que fue la mano derecha del presidente en el partido y en el Gobierno, y cuyo asesor de cabecera aparece en la cúspide de las supuestas mordidas. Las implicaciones llegan a varios ministerios y gobiernos autonómicos entonces en manos del PSOE. El PP decidió personarse en la causa para estar en el proceso de lleno.
La nueva situación de la política nacional, en solo unos días, ha vuelto a situar al PP en una posición de fortaleza. El susto en Galicia, que implicó llegar a ver en riesgo la continuidad de los populares en la Xunta, hizo entrar a Génova en una especie de bloqueo. En estos últimos días la presencia del PP de Madrid ha sido muy importante. Isabel Díaz Ayuso jugó un papel relevante las dos últimas jornadas de la campaña con Alfonso Rueda.
Y también durante la semana final, siendo la principal voz en las horas críticas en las que las miradas se volvieron hacia
. Ahora, la estructura de la Asamblea vuelve a coger vuelo, precisamente, por haber sido los impulsores del ‘caso Koldo’ en la justicia. La estructura madrileña ha ampliado su influencia en Génova y todo indica a que seguirá siendo así.
La presidenta de la Comunidad ayudó a enderezar el discurso de la campaña gallega y Feijóo cambió el paso de forma radical, dejando a un lado los “los indultos condicionados” que dijo en varios mítines para ser mucho más tajante: “Ni amnistía ni indultos”. Ese vuelve a ser el lema del PP más beligerante de los últimos meses con las alianzas de Pedro Sánchez y los independentistas, y las cesiones -en gestión autonómica y, muy especialmente, en lo relativo a la ley de amnistía que sigue negociándose en el Congreso-.
En Génova reiteran que “su postura no ha cambiado” porque “siempre ha sido la misma” a pesar de haber reconocido que estudiaron la amnistía durante 24 horas para rechazarla. Lo que sí consideran -y en esto coinciden dirigentes de la cúpula, asesores con amplia trayectoria, presidentes autonómicos y cargos de todos los niveles- “una metedura de pata” fue la nacionalización de la campaña gallega hasta ese extremo, y que desde la propia dirección nacional abordaran todo este debate unos días antes de votar en Galicia. El “a quién se le ocurre” que tantas veces han repetido en estos días muchos en el PP.
Lo que más preocupaba a algunos territorios y dirigentes de peso, como publicó El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, era que Feijóo pudiera perder su credibilidad como líder de la derecha. El “liderazgo moral” del que muchos hablan en el partido y que tiene que ver con las protestas en la calle, llenando plazas desde hace meses casi de forma ininterrumpida y con una oposición desplegada en todas las instituciones que ha dejado a Vox fuera de juego.
Eso, insisten en muchas comunidades, especialmente en Madrid, es lo que hay que recuperar cuanto antes. Por eso, esta misma semana el líder nacional junto a Ayuso y el alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida, retomó la presentación de la Ruta por la Igualdad que su partido pretende llevar a todas las provincias en un recorrido de 15.000 kilómetros. Actos de calle, con presencia de los grandes dirigentes, que busca retomar el pulso social y que “no se pierda todo el trabajo conseguido”.
En Génova saben que esa movilización es crucial para seguir liderando la respuesta espontánea de la sociedad contra Sánchez y que Madrid es, quizá, el territorio más importante en ese sentido. Además, el ‘caso Koldo’, con todas las ramificaciones conocidas y las que pueden estar por salir, ha dado oxígeno a un PP que ve cómo le crecen los frentes al Gobierno de Sánchez.
No hay ninguna duda de que el partido de Feijóo exprimirá el caso al máximo. Algunos dirigentes creen que con el ‘caso Mediador’, más conocido por su protagonista, el tito Berni, el PP no estuvo lo suficientemente acertado como para poner contra las cuerdas a los socialistas. “Ahora eso no nos va a pasar”, avanzan ya, sin dejar de remarcar que la trama de
, tiene “otras dimensiones”.
Para los populares “es muy complicado de creer” que Ábalos no conociera las actuaciones del que actuaba como su mano derecha, igual que Santos Cerdán, hoy hombre fundamental para Sánchez y que fue el verdadero impulsor de Koldo García dentro del partido. A eso le suman la falta de explicaciones que el presidente del Gobierno dio cuando destituyó a Ábalos de su gabinete a pesar de que “lo era todo en el PSOE” y para el propio Sánchez. La sombra de todo este asunto, consideran, “es demasiado alargada”.
La semana de resaca gallega se ha topado con el caso sobre Koldo y Ábalos y ha limitado continuar con algunas lecturas relevantes. Además del alivio que implicó la victoria de Rueda para Feijóo, hubo otros barones que “respiraron” cuando vieron los 40 escaños confirmados. Una fue la propia Ayuso, a la que muchos en el partido empezaban a mirar “si las cosas salían mal”.
Que Feijóo, aunque en respuesta a Sánchez, verbalizara en un discurso que si “esto era un plebiscito sobre su liderazgo, ahí esta el resultado” prueba, también, que era consciente de que ese debate existía. Nadie quería pensarlo en el PP, pero la realidad es que hubo días en los que lo pensaron.
Lo que también señalan algunos barones es la necesidad de “tomar nota” y “aprender de las lecciones y los errores” vividos en esta campaña. En privado, sugieren la necesidad de “algunos cambios”, de rehacer estrategias e incluso incorporar a personas a los equipos. En público los hay que también envían recados similares.
El presidente de la Junta de Andalucía, otro de los que respiró con mucho alivio, lo dijo en una entrevista a Carlos Herrera esta semana: “En el equipo de Génova se tiene en cuenta todo. Noto un nivel de reflexión muy importante en la dirección del partido”, explicó. Juan Manuel Moreno incidía en la “capacidad de reflexión y de margen de mejora en todos los ámbitos de decisión y coordinación” para el futuro, especialmente las elecciones europeas de junio, donde el PP debe dar el do de pecho.