El duelo en La Cerámica entre Villarreal B y Zaragoza finalizó con un empate sin goles que no saca de pobre a ninguno de los dos equipos, puesto que ni da tranquilidad a los locales ni empuja hacia arriba a los visitantes.
El filial ‘groguet’ afrontó esta cita en La Cerámica obligado a ganar para salir de la zona de descenso mientras el Zaragoza también llegó con la necesidad de lograr una victoria a domicilio tras más de cuatro meses sin hacerlo para reengacharse a la lucha por la promoción..
En la primera mitad, el conjunto aragonés salió más enchufado y tuvo el control del juego, aunque sin la suficiente profundidad para inquietar a Iker Álvarez. En cambio, el Villarreal B, menos protagonista con el balón que en otros partidos, trató de sorprender sin mucho éxito con un fútbol más directo que asociativo.
Un disparo de Maikel Mesa que Iker Álvarez desvió a córner fue lo más peligroso del Zaragoza en el primer periodo. Con mucha igualdad y sin que pasaran muchas cosas en las áreas se llegó al descanso con 0-0 en el marcador.
En la reanudación, Carlo Adriano tuvo la opción más clara para marcar en el minuto 48 tras una buena asistencia de Altimira. Acto seguido, Edgar Badía evitó males mayores en otra acción peligrosa del filial ‘groguet’.
El mejor arranque del Villarreal B en la segunda mitad obligó a Julio Velázquez, extécnico del equipo castellonense, a mover el banquillo. La entrada de Mouriño, Toni Moya y Manu Vallejo permitió al Zaragoza sacudirse el dominio local y equilibrar el juego.
En la recta final del choque, Hugo Novoa se estrenó como jugador local, pero el ritmo de partido bajo de revoluciones, nadie encontró el camino del gol y el 0-0 resultó inalterable. Un resultado insuficiente para ambos equipos para sus respectivos objetivos.
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