Pola de Lena puso el broche final a las celebraciones de carnaval en las Cuencas y casi en toda Asturias, a falta de los desfiles de Lastres y Colunga y lo hizo con protagonismo local. Los colegios Jesús Neira, Vital Aza y Sagrada Familia-El Pilar fueron de los grupos más aplaudidos durante el recorrido.
Alrededor de un millar de personas mostraron sus disfraces por las calles de La Pola en una tarde menos desapacible de lo esperado, lo que sirvió para llenar de público el centro de la capital lenense. «Cada vez hay más gente, tanto en el desfile como en el público», aseguraba Estela Amice, presidenta de la asociación «Moviéndonos por Lena», que organiza el carnaval en colaboración con el Ayuntamiento. «Está subiendo mucho el nivel», añadía Amice.
En el desfile estaban inscritos medio centenar de grupos, con lo que el número de participantes se multiplicaba exponencialmente. Solo el grupo del colegio Sagrada Familia-El Pilar, sumaban alrededor de 150 personas de las que 120 eran niños y el resto padres y profesores. La Asociación de Madres y Padres (Ampa) del colegio montó una gigantesca réplica de la «Fábrica de chocolate» de Willy Wonka. Por allí andaba el pequeño Charlie entre decenas de «Oompa Loompa», bastones de caramelo, nubes de algodón. El paraíso del dulce hecho disfraz colectivo y a lo bestia.
Otro de los centros educativos de Pola de Lena, el colegio público Jesús Neira, montó todo un circo para el desfile. De nuevo la Ampa tiró del carro y animó a alumnos y profesores para levantar la carpa del «Circo Neira», con su maestro de ceremonias, sus payasos, sus forzudos. En total, unas ochenta personas, calculaban las «taquilleras» y las «vendedoras de palomitas», porque el «Circo Neira» estaba cuidado hasta el más mínimo detalle. Siguiendo con los grupos y los colegios, ahí estaba el Vital Aza, «Un colegio de cine». Si ahí no había 101 dálmatas, pocos faltaban.
Los alumnos del Vital Aza eran de los más animados del desfile, pero mención especial se llevaron las abejas de «Xente Xoven de Serín». Ellos mismos lo decían, «Tamos como abeyes», y lo dejaron claro durante todo el recorrido con su música, sus coreografías y su «speaker».
Había grupos de decenas de personas, otros más pequeños y familiares, como una maravillosa recreación de «Queen» con un pequeño Freddie Mercury al piano, que no pasó desapercibido. Quien intentó que nadie se percatase de su presencia fue el «hombre invisible», pero claro, iba con su chica, también invisible y su perrito invisible, con lo que llamaban la atención.
Pola de Lena se consolida como una de las grandes citas del antroxu asturiano a la que acuden carnavaleros de toda la región, disfrazados o simplemente para ver el desfile.