De repente, nadie conoce a Koldo García. Al menos, en el actual PSOE. “Asesores hay miles”, justifica una dirigente del partido para asegurar que no ha tenido “ningún tipo de relación con este hombre”. El secretario de Organización, Santos Cerdán, de cuya mano aterrizó en Ferraz el ahora investigado por una presunta trama de mordidas en la venta de mascarillas durante la pandemia, limita los vínculos a su etapa en Navarra. “Le conozco porque vivía en Navarra y colaboraba con nosotros en Navarra”, argumentaba esta semana.