Euskadi celebrará el próximo 21 de abril sus 13ª elecciones autonómicas, una convocatoria que por primera vez en 12 años no cuenta con el actual lendakari, Iñigo Urkullu, como uno de los candidatos. El PNV decidió sustituirle como cartel electoral y postular en su lugar a Imanol Pradales para intentar asegurar la continuidad en el Gobierno vasco ante el empuje en las encuestas de EH Bildu, que abre la puerta a un vuelco electoral en el que el PSE podría tener la llave de la gobernabilidad entre sus dos socios en el Congreso. La mayoría absoluta en el Parlamento vasco está fijada en los 38 escaños.
Más allá del PNV, todos los partidos han apostado por una cara nueva para estos comicios. La izquierda abertzale ha confiado a Pello Otxandiano la batalla por ganar las elecciones y arrebatarle a los peneuvistas la hegemonía del soberanismo vasco. El PSE, que ha gobernado en coalición con Urkullu los últimos ocho años, sitúa como aspirante a su nuevo líder, Eneko Andueza, mientras que el PP también ha renovado a su barón vasco y apuesta por Javier de Andrés. Por su parte, Miren Gorrotxategi será la candidata de Podemos, Alba García la de Sumar y Amaia Martínez Grisaleña la de Vox.
El promedio de todas las encuestas publicadas durante la legislatura sitúa al PNV en cabeza con una ventaja de 2,7 puntos sobre EH Bildu. Los peneuvistas obtendrían el 34,5% de los votos, cuatro puntos menos que en las elecciones de 2020, frente al 31,8% que lograrían los abertzales, que subirían precisamente cuatro puntos. El PSE consolidaría la tercera posición con el 14,3%, casi un punto más que hace cuatro años.
El PP se quedaría en el 8,6%, dos puntos más que en los anteriores comicios, en los que concurrió en coalición con Cs. Sumar debutaría en las autonómicas vascas con el 5,7% de los votos, dejando a Podemos con el 2,5%. En 2020, el partido morado cosechó en las urnas el 8,05% de los sufragios. En cuanto a Vox, conseguiría un 2,2%, dos décimas más que en las últimas elecciones.
Con estos resultados, el PNV y EH Bildu estarían separados por tan solo un escaño. Los peneuvistas lograrían 27 diputados (ahora tienen 31) y los abertzales se harían con 26 parlamentarios (hoy tienen 21). Los socialistas obtendrían 11 escaños (ahora tienen 10) y los populares conseguirían 7 diputados (hoy tienen 6). Sumar desplazaría a Podemos de la Cámara vasca con 3 parlamentarios, la mitad de los que lograron los morados hace cuatro años, y Vox mantendría el escaño que consiguió en 2020. Así las cosas, el PSE sería decisivo para la investidura porque podría reeditar el actual pacto con el PNV, pero también sumaría mayoría absoluta una alianza a tres con EH Bildu y Sumar.
Los cálculos a partir de una fórmula empleada por Ivan Serrano, investigador del IN3 (Internet Interdisciplinary Institute) de la UOC, corresponden a la media ponderada de los principales sondeos publicados. La ponderación se realiza, como en otras fórmulas de este tipo, en función del tamaño de la muestra -cuánto más grande, mayor valor- y de la fecha del trabajo de campo -cuanto más reciente, más significativa-.