Un militar con aspecto de armería ambulante revisa el pasaporte: «¿Tienen cita? Todos los documentos, por favor», dice, estoico. «Sí, sí». La periodista cruza entonces el arco detector de metales y el soldado, escoltado por un compañero, registra su mochila mientras prosiguen las preguntas y, en el modesto recibidor, aparece una asistenta que se disculpa por las molestias en este anónimo edificio de una zona híper blindada de Kiev, rodeado por barricadas, a pocos metros del recinto gubernamental inaccesible para los comunes mortales. Y es ahí donde aparece él, Oleksandr Korniyenko, vicepresidente del Parlamento ucraniano, uno de los lugares más protegidos de la Ucrania en guerra contra Rusia