La sola imputación de Koldo García Izaguirre por una presunta trama de corrupción en la compra de mascarillas en 2020 ya suponía un duro golpe a la reputación del exministro de Transportes, José Luis Ábalos. Pero las informaciones que indican que el propio ministro aconsejó a otros departamentos ministeriales y comunidades autónomas acudir a la empresa que presuntamente pagaba comisiones a una persona de su estricta confianza (se supone que a cambio de sus contactos) por suministrar mascarillas de precio y calidad cuestionadas pasa a convertir su posición en insostenible.