Dune es una exitosa saga de ciencia ficción cargada de un mensaje ecologista que expone cómo una especie puede influir, alterar y adaptarse a un determinado ecosistema, además de complejas teorías mesiánicas que la mente privilegiada de Frank Herbert fue capaz de trasladar a la literatura. Y sí, también, hay gusanos gigantes de arena (shai-hulud para los más papistas) y una embriagadora especia denominada Melange que permite hacer viajes interestelares y confiere capacidades sobrehumanas. Dejando a un lado esto último (la realidad se empeña en ser decepcionante), lo que está ocurriendo en El Campello (la Arrakis en esta historia) no está tan lejos de lo que plasma la obra del autor estadounidense, llevada al cine en 1984 por David Lynch y en la actualidad por Denis Villeneuve.