Juan Sabas entrenó en el Córdoba CF. ¿Se acuerdan? ¿No? Quizá es que no le vieron. Era lo normal durante 2020, un año de encierros en casa, tapabocas y contactos mínimos. La pandemia del covid-19 lo apagó todo y en el club blanquiverde, con la propiedad de Infinity ante su primer gran proyecto «desde cero» -es un decir-, decidieron que era buena idea sostener en el cargo a un técnico que llegaba del Extremadura -como otros muchos profesionales que desfilaron por El Arcángel– y no pudo estrenarse cuando le llamaron para suplir a Raúl Agné a falta de pocas jornadas de la 19-20. Era marzo y el Córdoba se quedó a un puesto del play off exprés que se inventó la RFEF para reparar el desaguisado deportivo. En la ribera del Guadalquivir todo se movió a otro ritmo, claramente descendente.