El incendio que ha calcinado por completo un edificio en Campanar y que ha conmocionado a toda la ciudad de Valencia ha comenzado en el octavo piso pero de momento se desconocen las causas del inicio del fuego.
Según ha explicado la administradora de la finca a este periódico el fuego se inició en la puerta 86 de una de las torres, que cuenta con 138 viviendas, del gran bloque de viviendas que se ubica en el cruce de la avenida del Maestro Rodrigo con la calle Poeta Rafael Alberti. La virulencia de las llamas ha provocado que el fuego se propagase muy rápidamente por todo el edificio que está prácticamente destrozado.
Precios elevados tras la crisis inmobiliaria
Se trata de una finca que se construyó en el año 2008 de construcción y cuyos pisos de dos habitaciones se vendieron por una media de 300.000 euros, aunque según han explicado unos vecinos a Levante-EMV, del grupo Prensa Ibérica, «costaron mucho de vender». Las viviendas tenían un precio de salida muy alto y «pilló en una época en la que todavía no había remontado el sector de la construcción».
Cuando años más tarde los precios se equilibraron, ya comenzó a animarse la venta de una promoción que se fue realizando por fases.
Los inmuebles que más tardaron en encontrar salida en el mercado fueron los bajos comerciales. Pasaron muchos años desde que empezaron a habitarse las viviendas hasta que se ocuparon los locales a pie de calle. Finalmente fue una marca de vehículos eléctricos de origen chino quien se instaló en una rotonda donde ya se hallaba un conocidísimo concesionario de València.
Un material hipercombustible
Sin embargo unos precios elevados en el que se ha convertido en un nuevo barrio de un poder adquisitivo medio-alto no ha evitado que se ponga en entredicho el material de construcción epmpleado. Al menos en la fachada. El panelado de la finca está hecho de alucobond, según ha confirmado la administradora de la finca a este periódico. Precisamente este recubrimiento ya dio problemas desde el comienzo porque «se despegaba».
De hecho según ha explicado un matrimonio residente en una de las fincas vecinas «se ha podido ver cómo estas placas de alcubond salían volando mientras ardían».
Este material de revestimiento que simula un acabado de aluminio, lleva por detrás varios centímetros de soporte que es lo que se adhiere a la fachada. «Este soporte es poliuretano, corcho como el de las Fallas que es hipercombustible«, explica una arquitecta a este periódico.
«Este revestimiento arde súper rápido» añade esta profesional quien explica que «debería de haber alguna hoja de cerramiento ignífugo porque hay que cumplir una normativa contra incendios bastante estricta» y supone que «hay algo que no estará bien construido». Esta idea de apoya en el hecho de que las fachadas «suelen tener que cumplir una resistencia al fuego de 120 minutos»