El banco central de Turquía ha mantenido este jueves su tasa de interés clave en el 45% después de ocho meses consecutivos de aumentos. Ha cumplido con lo esperado por el mercado, sobre todo después de que en enero el organismo dijese que el aumento de 250 puntos básicos que acometió sería el último del año, pese a que la inflación no da un respiro y se sitúa ahora en el 65%.