Fue el gran protagonista de principio a fin. Ricky Rubio volvió a disfrutar del baloncesto aunque fuera con una derrota de la selección. «Me he sentido bien, casi como un ‘rookie’, con muchos nervios pero al final es baloncesto, es como aprender a andar en bicicleta y pues va a costar, pero contento. El amor al baloncesto siempre ha estado ahí, se oscureció un poco y ahora tenemos que quitarle un poco el polvo para volver a disfrutar», explicó en zona mixta tras la derrota ante Letonia.
El base lamentó haber fallado «unos cuantos» lanzamientos, pero recordó que «al final es deporte y a veces se gana y a veces se pierde». También resaltó que España, pese a no haber jugado un buen partido, luchó «hasta el final» y tuvo sus oportunidades. «Estoy contento de poder estar de nuevo en una pista de basket y agradecido por tener esta oportunidad», añadió Rubio, que preguntado por cuándo prevé debutar con el Barça, se limitó a decir que quiere ir «día a día» tras tanto tiempo fuera. «Lo hablaré con el coach y veremos las posibilidades».
Otro de los protagonistas fue el zaragozano Jaime Pradilla, segundo máximo anotador de España con 14 puntos. «Hemos intentado luchar, ellos son un equipo que juega muy duro adelante y han tenido mucho acierto, ahora a seguir y a pensar en el partido de Bélgica», dijo el jugador del Valencia Basket en la zona mixta del pabellón Príncipe Felipe.
Preguntado por su buena conexión con Ricky Rubio, del que recibió varias asistencias en el día del regreso a las pistas del catalán, reconoció que conectaron «muy bien» y se mostró «contento» de poder hacerlo «con un grande» de la talla del jugador de El Masnou.
También se sintió «orgulloso» por la buena entrada y el apoyo de la afición de Zaragoza y de que hayan podido disfrutar de la selección a pesar de la derrota».
De su gran actuación (segundo máximo anotador con 14 puntos a los que sumó cinco rebotes) dijo estar «contento» por poder ayudar al equipo «aunque con sabor agridulce por no haber podido conseguir la victoria». «Ahora, primero a pensar en el partido de Bélgica, que también será complicado, y a intentar sacarlo y seguir adelante», concluyó Pradilla.
Por su parte, Sergio Scariolo valoró muy positivamente el regreso de Ricky y explicó que había visto «mucho óxido» en jugadores que apenas juegan en sus equipos. «A Ricky lo he visto como en los entrenamientos, con voluntad, serenidad y deseando hacer bien las cosas pero todavía con una falta de ritmo importante que puede conseguir compitiendo y jugando. Esto es un primer paso muy bueno para volver a la competición de club y luego para lo que tendremos en el verano», destacó al término del encuentro.
Alegría, Azcón y Chueca
El partido contó con un ambiente espectacular, con un lleno absoluto en la grada (10.533 espectadores que suponen la mejor entrada en un partido de las Ventanas FIBA en España) y también en el palco. La ministra de Educación, Pilar Alegría, presidió una primera fila en la que no faltaron Jorge Azcón ni Natalia Chueca pero tampoco Cristina García, Félix Brocate, Elisa Aguilar, presidenta de la FEB, Chemi Sierra, de la FAB. También se dejaron ver clásicos del baloncesto como los hermanos Arcega, Fernando y Pepe, el nuevo embajador de la ciudad, Epi, Reynaldo Benito y José Artigas, del Casademont, exjugadores como Alfonso Reyes y Rafa Jofresa, Alberto Alocén, Luis Estiragués, Paco Zapata, José Luis Rubio, el entrenador del Obradoiro, Moncho Fernández, jugadores del Real Zaragoza, como Víctor Mollejo y, por supuesto, del Casademont, como Helena Oma.