No son casos aislados ni situaciones excepcionales. Las irregularidades detectadas por Inspecció de Treball en la mitad de las subcontratas del Camp Nou, así como las que denuncian trabajadores de las obras de La Sagrera o la línea L9 del metro de Barcelona, forman parte del día a día de parte de las empresas del sector de la construcción. Aquellas bautizadas dentro del gremio como ‘piratas’ por los sindicatos y que se dedican a proveer de mano de obra a las grandes constructoras. “Nos dedicamos a vender carne para que las obras se hagan”, así lo define a este diario una fuente bien conocedora de los entresijos del sector.