Jacqueline Aramuni casi no tiene tiempo estos días para derramar lágrimas. Esta mujer ha decidido enfocar su vida a tratar de recuperar el cadáver de su hijo, Maximiliano Camino, que murió mientras luchaba en uno de los frentes de la Guerra de Ucrania, supuestamente por el ataque de un dron, cuando estaba apenas a 15 pasos de una trinchera y a 250 de los militares rusos en la zona de Andriivka.