Carlos Alcaraz se ha emocionado y ha conmovido con su rápida ascensión a la élite mundial. Su eclosión en el US Open 2022, convirtiéndose a sus 19 años además en el número uno más joven de la historia, así como su remontada a Novak Djokovic en Wimbledon 2023.

Son las lágrimas más agradecidas. Su entrenador, Juan Carlos Ferrero, se quebró emocionalmente y lloró viendo cómo el murciano conquistaba Wimbledon, haciendo otra diablura de las suyas.

Pero también ha habido un llanto igual de liberador, aunque provocado por una situación menos complaciente. Carlos Alcaraz ha llorado en pista en una situación complicada, como se ha visto en alguna que otra ocasión, pero también luego en el vestuario. 

Frustración, rabia, desconsuelo. Cada uno le pone la etiqueta que considera en cada instante. Todos entendieron que un chaval de 18 recién llegado al circuito colapsara con un estadio entero, el de París-Bercy, se volcase en su contra para apoyar a su jugador francés Hugo Gaston.

Fue un infierno, cuando Alcaraz estaba acostumbrado a ser la novedad bienvenida en cada evento. «Yo sabía que iba a ser difícil lidiar con el ambiente que había pero no me llegué a imaginar que podría ser tan heavy», reconoció después Charly.

Una lesión provoca dolor físico e interior, como pasó esta semana en Río, donde sufrió un esguince lateral de grado II en el tobillo derecho. O aquellos calambres generales durante la semifinal de Roland Garros 2023, contra Novak Djokovic.

Su duelo con Djokovic es tan intenso que Carlos Alcaraz ha acabado entre lágrimas después de una derrota. En la cancha se vio cómo no podía contener el llanto tras perder la final de Cincinnati. «Este tipo de derrotas duelen, duelen mucho, no voy a mentir. Aunque no sé por qué lloré, luché hasta la última pelota», explicó el murciano,  que tuvo pelota para ganar el encuentro.

Lloró él después de una batalla, pero también su hermano Álvaro, a quien se dirigió durante el discurso ceremonial tras la entrega de trofeos.

¿Cuándo fue la última vez que lloró Alcaraz? Lo hizo de puertas para adentro, en el vestuario. Y de nuevo se cruzó Novak Djokovic en su camino. «No estoy seguro, pero diría que después de perder en las semifinales de las ATP Finals de Turín contra Djokovic», declaró en una entrevista concedida en Río al diario Marca.

Era una etapa complicada, como lo fue un final de temporada en el que no logró buenos resultados. Continúa luchando por enderezar el camino. Hizo cuartos en el Open de Australia, semifinales en Buenos Aires y se retiró por lesión en Río.

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Tiene ganas de revancha. Si las previsiones médicas se cumplen, el 3 de marzo disputará la exhibición de Las Vegas contra Rafa Nadal, previa a su participación en el Masters 1000 ATP de Indian Wells, donde defenderá título.

No levanta un trofeo desde Wimbledon 2023, su última final fue la de Cincinnati ante Djokovic, en agosto pasado. Demasiado tiempo para un jugador de la dimensión de Carlos Alcaraz.