Una de las incógnitas de la noche electoral del 18-F era la reacción del presidente Pedro Sánchez ante el triunfo del PP. Han pasado tres días y está claro que nada parece detenerle. Y, por eso, porque su ambición es desmedida y su temeridad no conoce límites, Junts ha elevado la apuesta. El Parlamento de Cataluña ha admitido a trámite el estudio y aprobación de una Iniciativa Legislativa Popular que permita la declaración unilateral de independencia. La fuerza política que ha presentado este proyecto es Solidaridad Catalana por la Independencia. Junts y la CUP la han asumido como propia y han votado para hacer posible su tramitación. Los Letrados del Parlamento catalán ya han emitido un Informe desfavorable, pero la Mesa del Parlamento la ha admitido a trámite. Esta iniciativa, que se pretende que sea Ley, se ha presentado fuera del marco constitucional español porque sus defensores y promotores saben que no es posible una reforma constitucional que, tramitada en las Cortes, avance hacia la autodeterminación.

Sánchez dice por activa y por pasiva que la amnistía es un instrumento para la reconciliación, que busca pacificar y normalizar la convivencia en Cataluña. La realidad es que esa estrategia no está consiguiendo otra cosa que agitar de nuevo las aguas del independentismo. Y si este crece y se envalentona de nuevo no serán efectos colaterales, sino el fruto de la decisión consciente de un presidente del Gobierno que solo busca perpetuarse a sí mismo.