Bancos rotos, caucho levantado, hoyos en la arena, falta de iluminación, instalaciones oxidadas, arquetas de riego abiertas… Es el lamentable panorama en el que se encuentran muchos parques infantiles de Orihuela donde las familias acuden con sus pequeños. «Los niños están en peligro diario», manifiesta Eva Vargas, vecina de Hurchillo que lleva a sus hijos al colegio Fernando de Loaces en el Palmeral. Asidua de un parque en el barrio de San Antón, asegura que en el municipio «no hay ninguno sano».