Alrededor de 56 millones de años atrás, en el límite entre el Paleoceno y el Eoceno, la temperatura de la Tierra se elevó hasta 8 grados Celsius. Una nueva investigación postula que un encuentro superficial entre el Sistema Solar y otra estrella podría haber cambiado la órbita de la Tierra, con la intensidad suficiente como para causar estragos en el clima.