Pasadas las once y media de la noche, Alfonso Rueda cantó la victoria: «El Partido Popular ganó las elecciones, sin ninguna duda». Horas antes, cuando no habían cerrado los colegios electorales, algunos le preparaban la guillotina. A él y, sobre todo, a su antecesor, Alberto Núñez Feijóo

La estrategia del PP de «nacionalizar» la campaña auguraba un resultado muy ajustado, que le situaba al borde del barranco. Pero la maquinaria volvió a surtir efecto: 40 diputados y quinta mayoría absoluta consecutiva. Un triunfo indiscutible que Rueda compartió con su antecesor, «el primer militante de Galicia», el que «marcó el camino de este éxito». 

Durante la celebración de su primer triunfo como candidato, en el hotel San Lázaro de Santiago de Compostela, en una sala a rebosar de dirigentes del partido, militantes y simpatizantes, un eufórico Rueda recalcó: «Gracias a ese militante disciplinado, que estuvo donde le pedimos, que sumó para esta victoria tan importante, gracias a Alberto Núñez Feijóo. Muchísimas gracias». 

Consciente del eco que tienen los comicios en el tablero nacional, Rueda sentenció: «Todo el mundo nos miraba, todo el mundo estaba esperando a ver qué pasaba aquí y Galicia le mandó un mensaje a España, sin ninguna duda». El mensaje, apostilló, es que en Galicia no gustan los «chantajes». Ni «hacerlos ni estar sometidos». 

«No queremos privilegios de ningún tipo, ni para nosotros, ni para los demás. Ni más que los demás, ni menos que nadie. Queremos igualdad entre todos. Queremos entendimiento», agregó. Una alusión directa al PSOE de Pedro Sánchez, inmerso en la tramitación de la ley de amnistía con los partidos independentistas, que se topa con el muro de las urnas en la primera meta volante tras el 23-J. 

Rueda siguió el recuento electoral en la sede del PP de Galicia. En su despacho lo acompañaron, desde el principio, sus colaboradores más estrechos. Entre ellos, la secretaria general de la formación, Paula Prado, la primera persona a la que abrazó cuando el escrutinio era clarividente. Después, charló por videoconferencia con Feijóo.

Finalmente, entraron su mujer y sus hijas. Con ellas, Rueda hizo el paseíllo hasta el hotel. De pie al principio. Luego, a hombros. Poco antes de llegar, una veintena de cámaras le asaltaron para arrancarle las primeras declaraciones. «Muy feliz, muy feliz», zanjaba sonriente pero impertérrito. A su alrededor, pedían calma a la prensa: «¡Que está su familia, que está su familia, que ellos nunca han vivido esto!». 

A esa misma hora, en la sede nacional del PP, en Génova 13, la euforia tampoco se podía contener. Feijóo abandonó la planta noble, la séptima, justo al final de la jornada para saludar a los trabajadores de la formación. No quiso comparecer ante la prensa, el protagonismo era para Rueda. Pero de manera informal reconoció estar satisfecho, «mucho, más que mucho». 

Poco antes, habían aparecido por la sala de prensa Cuca Gamarra, Miguel Tellado, Carmen Fúnez y Borja Sémper. Con la sonrisa en el rostro, celebraron «la quinta mayoría absoluta consecutiva del PP en Galicia». 

La número dos del PP comenzó su intervención felicitando a Rueda. Acto seguido, cargó contra el presidente del Gobierno, al que alertó de que los «rotundos y nítidos» resultados son «el primer mensaje de este nuevo» ciclo electoral. «Entre división y unión, los gallegos han elegido, inteligentemente unión. Entre los muros y los puentes, han elegido los puentes», señaló.

«Galicia ha elegido con total rotundidad y nitidez al mejor Gobierno posible frente al peor», enfatizó Gamarra. «Galicia ha elegido evitar las mentiras y la división del multipartidismo, que era la otra opción posible [a Rueda]», valoró, antes de recomendar a Sánchez una «reflexión profunda de lo que han provocado» en una campaña electoral en la que «el PSOE ha abandonado sus siglas».

«Han alimentado al independentismo con el único objetivo de que no ganara el PP», censuró la secretaria general del PP. Para ella, el resultado del PSOE gallego, que no llega a dos cifras, es «la demostración de que su política cuenta con el rechazo de la sociedad española».