Las elecciones gallegas, cuya campaña se había vivido casi con la intensidad de una cita nacional, sobre todo por lo mucho que se jugaba Alberto Núñez Feijóo, y que se han saldado con una nueva mayoría absoluta para el Partido Popular, un ascenso histórico del BNG y otro retroceso para el PSOE, que sigue perdiendo fuerza en las autonomías, tuvieron su resaca este lunes en Alicante y por extensión en la Comunitat Valenciana. Todos los partidos del espectro político sacaron sus conclusiones, que pasaron por la euforia en las filas populares, un PSPV que hace un llamamiento a la reflexión, un discurso de Compromís que pone al BNG como su modelo a seguir y una izquierda a la izquierda de los socialistas que, en paralelo a sus luchas intestinas, sigue debatiendo sobre cuál es la mejor fórmula para presentarse en futuras citas, en un momento en el que las elecciones europeas asoman a la vuelta de la esquina.