Cuatro años después de que el Gobierno prohibiera la venta a pérdidas —esto es: la venta por debajo del coste de producción, primero mediante decreto y después con la modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria—, los inspectores del Ministerio de Agricultura han empezado a analizar con detalle su cumplimiento efectivo. Hasta ahora no ha habido ninguna sanción firme por este motivo, señalado durante mucho tiempo como uno de los grandes problemas del campo y entre los principales desencadenantes de las actuales protestas de los agricultores españoles.