- Ruta y visibilidad
- Recorrido preferido de la Comisión 8M, la manifestación mayoritaria
- La ‘ley trans’ y la autodeterminación de género
- Lemas de este año: del “Basta ya” a la «abolición de la prostitución«
Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el feminismo vuelve a dividirse, por tercer año consecutivo, en dos manifestaciones: la organizada por la Comisión 8M, habitualmente mayoritaria, y la convocada por el Movimiento Feminista de Madrid (MFM), consideradas representantes del feminismo ‘clásico’.
Sin embargo, el MFM, crítico con las políticas adoptadas por el Ministerio de Igualdad durante el mandado de Irene Montero, le ha arrebatado el recorrido a la manifestación organizada por la Comisión 8M, favorable a los postulados de la exministra de Podemos. Se trata del trayecto con más visibilidad, que comienza en la Plaza de Cibeles, recorre la Gran Vía y termina en la Plaza de España.
La ruta predilecta, donde se han realizado las fotos más icónicas los últimos años, ya no estará capitaneada por la movilización a favor de la ley trans, de la ley del ‘solo sí es sí’ y de la regulación de la prostitución. Esta vez, será el MFM, las feministas ‘clásicas, contrario a las teorías queer y partidarias de abolir la prostitución, la que recorra esas calles.
Ruta y visibilidad
Así, el MFM se ha hecho con una ruta especialmente relevante. En primer lugar, por su ubicación: recorrerá una de las zonas más emblemáticas de la capital. Desde la Plaza de Cibeles hasta la renovada Plaza de España, cruzando toda la Gran Vía.
En segundo lugar, por la relevancia que ha tenido esa trayectoria en todos los 8 de marzo. Las imágenes más emblemáticas para el feminismo en los últimos años se han captado en las mareas de mujeres que han recorrido esa ruta. La más importante, en 2018, cuando fue acompañada de una huelga general de mujeres que paralizó el país.
Recorrido preferido de la Comisión 8M
La Comisión 8M siempre ha convocado su manifestación en esas mismas calles, partiendo de la Estación de Atocha, otro de los puntos recurrentes para iniciar las marchas del 8M. Desde la división del feminismo en dos movilizaciones, ocurrida en marzo de 2022, la Comisión ha logrado mantener el recorrido y hacerse con la Gran Vía.
Además, ha sido la movilización más secundada, con 27.000 asistentes en la última convocatoria, frente a las 10.000 que consiguió reunir el MFM, según las cifras de la Delegación de Gobierno. Aunque la propia Comisión cifró la afluencia en 700.000 personas.
Este movimiento reivindica los derechos de las personas transexuales como parte de la lucha feminista, y se ha mostrado cercana a las tesis defendidas por Irene Montero en los últimos años.
Las cosas serán distintas este año: partirá desde Atocha pero, una vez llegue a Cibeles, continuará recto hacia la Plaza de Colón. Lo que dice la Comisión es la variación del recorrido responde a la importancia que tiene ahora Colón, donde se han celebrado algunas de las manifestaciones más importantes de la derecha, convocadas por el Partido popular y Vox.
‘Ley trans’ y autodeterminación de género
La ‘ley trans’ abrió una brecha en el seno del feminismo. A un lado se sitúan las asociaciones que consideran la norma como una vulneración de los derechos de las mujeres, porque, en definitiva, las mujeres trans no son mujeres. Son tesis contrarias a la autodeterminación de género, un concepto que aprobó el Congreso de los Diputados en febrero de 2023.
La ley permite a las personas cambiar de sexo en el registro civil sin necesidad de tomar hormonas y, a partir de los 16 años, sin permiso alguno —ni parental ni judicial—: basta con la voluntad expresada por el interesado.
La norma prohíbe cualquier cambio de sexo hasta los 12 años. Desde los 12 años hasta los 14, será preciso el aval de un juez, y hasta los 16, de los padres.
El feminismo histórico
La ley llevó a históricas defensoras del feminismo, como Carmen Calvo, ex vicepresidenta segunda del Ejecutivo, a abstenerse en dos ocasiones en el Congreso, como muestra de rechazo a la ley impulsada por Montero, a pesar de que el PSOE votó a favor.
Calvo ha representado el ala más tradicional del feminismo en el anterior Gobierno. Su posición le llevó a enfrentarse a Montero en varias ocasiones, e incluso alertó del problema jurídico de la ley del ‘solo sí es sí’, que provocó la excarcelación y rebaja de condenas de centenares de agresores sexuales.
En octubre de 2022, Pedro Sánchez, le ofreció presidir el Consejo de Estado tras la salida de María Teresa Fernández de la Vega. Sin embargo, dicho órgano debía pronunciarse precisamente sobre la ley trans, Calvo sabía de primera mano que el presidente daría luz verde a Montero y seguiría adelante con dicha norma aunque el dictamen del Consejo fuera contrario a la misma, y finalmente rechazó el puesto para evitar lo que se hubiese considerado como una desautorización pública.
Del “Basta ya” a la “abolición de la prostitución
Las asociaciones feministas han hecho ya públicas las reivindicaciones que corearán el próximo 8M. Aunque coinciden en muchas de ellas, vuelven a dividirse en los asuntos que provocaron la fractura: la prostitución y la mencionada ley trans.
Mientras el MFM se muestra a favor de abolir la prostitución, igual que el PSOE, la Comisión 8M se han mostrado más favorable a regularla, como defiende Podemos, con el argumento de no desatender a quienes se dedican a ello.
El lema principal del MFM la convocatoria volverá a centrarse “Abolición ya”, mientras la Comisión 8M opta por el hashtag #SeAcabó. Una consigna repetida en la gala de los Premios Goya después de que El País revelase los testimonio de tres mujeres que presuntamente sufrieron episodios de violencia sexual por el director Carlos Vermut. Además, su manifestación también denunciará el “genocidio” en Gaza a manos del ejército de Israel.