No sonrió como otras veces, de la manera que piden su equipo técnico y familia. Pero no habrá ningún reproche ya que se guarda el mejor semblante para cuando haya alcanzado el objetivo. Y no es otro que revalidar título en el ATP 250 sobre tierra batida de Buenos Aires, Open de Argentina.
Su semblante serio no se debió a preocupaciones o problemas. No, apenas se permitió alegrías porque pudo más el interés por no perder un ápice de concentración. Carlos Alcaraz, 20 años y nº 2 mundial, realizó un partido impecable. De mucho mérito, porque se enfundó el mono de trabajo cuando lo necesitó.
Sin la brillantez habitual, aunque asimismo sin permitirse un solo despiste. Sólido y sensato, se plantó con seguridad en las semifinales del torneo. Venció al italiano Andrea Vavassori, 28 años y 152 del mundo, procedente de la fase previa, por 7-6 (7-1) y 6-1 en 1h.40′.
Este sábado, no antes de las 22:00 horario central europeo, cruce que contiene mayor riesgo implícito. Semifinal ante el chileno Nicolás Jarry o el argentino Tomás Martín Etcheverry.
Vavassori, reciente finalista de dobles en Australia, puso a prueba al murciano con su buen porcentaje de saque durante la manga inicial. Con 5-6, 30-30, amén del viento, situación delicada para Alcaraz, éste dio lo mejor de sí mismo. Ocho puntos seguidos para ir a un ‘tiebreak’ y ponerse 6-0. Lección de cómo llevar un encuentro.
Seguro que a Charly le encanta adornarse más, pero a su entrenador Juan Carlos Ferrero le habrá encantando cómo respondió como pedía en cada instante el duelo. Manejó con sabiduría esta eliminatoria Alcaraz. Un ejercicio de madurez como ensayo para lo que vendrá después.
Tampoco se desvió de su ruta en un segundo set en el que enseguida puso tierra de por medio, vaciando el depósito de moral del transalpino. A éste sólo le concedió el juego del 5-1 para esquivar un ‘rosco’ que no se hubiera merecido.
Un Alcaraz sobrio. Una versión que necesita elaborar y tener en citas que así lo demanden. Pinta bien para el de El Palmar, que va de menos a más, como no podía ser de otra manera después de tanto tiempo sin competir, aún más de no pisar tierra batida. Va rodándose, con mucho guardado para cuando precise ponerlo sobre la Pista Guillermo Vilas del Buenos Aires Lawn Tennis Club.
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Por la parte alta del cuadro, un finalista argentino asegurado. La plaza la dirimirán Facu Díaz Acosta y Fede Coria, vencedores respectivos del serbio Dusan Lajovic (6-4, 6-3) y su compatriota Sebastián Báez (6-1, 6-4).