Hace medio siglo que los dos patronos de Vila-real, la Mare de Déu de Gràcia y Sant Pasqual, no pisaban y coincidían en la iglesia arciprestal fuera de sus respectivas fiestas en mayo y septiembre. Pero este sábado han vuelto a entrar en el primer templo local para presidir, junto al Cristo del Hospital , los actos litúrgicos que se sucederán durante la semana para conmemorar el 750º aniversario de la parroquia de Sant Jaume.
Como si de la tradicional baixà de la moreneta desde su ermita del Termet a la ciudad para iniciar las celebraciones anuales en su honor se tratara, cientos de vila-realenses han recibido a su Virgen en el cruce de las calles Ermita y Joan Baptista Llorens para acompañarla hasta la arciprestal. En este sentido, cabe destacar que el punto del encuentro de la imagen con sus fieles no es casual, ya que corresponde al límite territorial de la propia iglesia arciprestal (más arriba de la antigua N-340 las demarcaciones corresponden a las parroquias de los Santos Evangelistas y de Santa Sofía).
Encuentro
Uno de los momentos más emotivos de la cita, que ha arrancado a las 17.00 horas, ha sido el encuentro de la Mare de Déu de Gràcia y de Sant Pasqual en la plaza Colom, desde donde han entrado por una de las puertas laterales a la parroquia que, coetánea a la propia ciudad, conmemora sus siete siglos y medio de existencia con una serie de actividades que, aunque se concentran en este mes de enero, se extenderán de forma puntual a lo largo de todo un año.
En todo el recorrido y los correspondientes acompañamientos no ha faltado una amplia representación del Ayuntamiento, encabezada por el alcalde José Benlloch. Y tampoco ha faltado la presencia de todas las entidades sociales y religiosas vila-realenses que, de esta forma, se suman a las actividades conmemorativas centrales.
La programación por los 750 años de la arciprestal seguirá, entre otras citas, el próximo sábado, con una misa que presidirá el obispo Casimiro López Llorente, y tras la que se descubrirá de una placa conmemorativa.