El 22% de la superficie de la Tierra está permanentemente helada. Son más de 112 millones de kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a 6,6 veces la de Rusia y 222 veces la de España. Es lo que se denomina permafrost, una auténtica bomba de relojería bajo nuestros pies ya que se está empezando a descongelar a causa del calentamiento global, con consecuencias catastróficas para el clima y, por extensión, para el futuro de la vida en el planeta.