La noticia saltó a media tarde y se convirtió en un huracán: Mbappé dejará el Paris Saint-Germain. No hay que ser un lince para interpretar que la próxima temporada jugará en el Real Madrid, el club que lleva persiguiéndole años y años, convertido ya casi en una obsesión para dirigentes y aficionados madridistas. Y sobre todo, para Florentino Pérez.
Cuando saltó la noticia, muchos barcelonistas intentaron digerirla como lo que en teoría es: una pésima noticia para el Barça. Si el Madrid ya avanza con paso firme en la Liga (y también parece apuntar lejos en Europa), con tantas bajas, qué ocurrirá cuando cuente con Mbappé. Qué pasará cuando Bellingham y Mbappé se saluden en el vestuario del Madrid el próximo verano. Para echarse a temblar, pensarán algunos.
Siempre condenados a ser vasos comunicantes, la teoría del puente aéreo funcionará también en este caso: si el Madrid ficha a Mbappé, ¿cómo reaccionará el Barça? ¿Qué conejo de la chistera podrá sacar Laporta?
Tendrá que ser uno muy potente: así ha ocurrido siempre, desde que el fútbol es fútbol, desde que Barça y Madrid son los dos extremos del balancín del fútbol. Cuando Beckham fichó por el Madrid, Laporta firmó a Ronaldinho. La apuesta azulgrana salió mejor, por cierto.
Un par de años antes, el Madrid había incorporado a Zidane. El Barça reaccionó fichando a Saviola, al que se vendió como el ‘contracrack’, un jugador ideal para contrarrestar el ‘efecto Zidane’. No fue así. Saviola fue un jugador correcto, pero Zidane marcó una época.
Con las cuentas destrozadas, el Camp Nou en obras y el ánimo barcelonista en horas muy bajas, a Laporta le tocará elevar la moral de la tropa. Será probablemente su gran desafío como presidente del Barça. ¿Cómo se contrarresta un fichaje como el de Mbappé? ¿Merece la pena hipotecarse aún más y jugar la ‘carta Haaland’? ¿Quizá apostar por un perfil un poco más bajo, tipo Musiala?
No hay respuestas claras. Se trata de un enigma muy complicado de resolver. La pelota estará en el tejado de Laporta. Y en esa decisión no puede equivocarse.