La noticia de la muerte del opositor Aleksei Navalni en la cárcel sacudió el inicio de la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), desde donde el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, instó a Moscú a “dar explicaciones”, mientras el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmaba que es “obvia” la culpabilidad del presidente Vladímir Putin.
«Putin siempre mata, no parará de hacerlo. Matará a quien sea con tal de mantenerse en el poder”, afirmó Zelenski, en una comparecencia desde Berlín junto al canciller Olaf Scholz. “Es obvio que Navalni ha sido asesinado por Putin”, añadió el líder ucraniano desde la capital alemana, antes de emprender viaje a París y luego a Múnich.
Más diplomáticamente, pero también contundente, Stoltenberg sentenció, en un aparte con los medios antes de la apertura de la MSC, que Moscú “tiene preguntas muy serias que responder” por la muerte de Navalny, para exigir a continuación un «completo esclarecimiento de lo ocurrido”.
Entre el pronunciamiento de Zelenski, llamando al Kremlin a “responder por ese crimen» y la advertencia de Stoltenberg, Scholz expresó su “profunda tristeza” por la muerte de Navalni. Recordó el líder alemán el paso del opositor ruso por Berlín, quien en agosto de 2020 sufrió un envenenamiento durante un vuelo por Siberia, del que fue tratado en la clínica universitaria Charité Berlín. Hasta lograr que Moscú accediera a ese traslado fue precisa la intervención de la entonces canciller, Angela Merkel, así como de familiares y entorno del opositor. Navalni pasó varios meses en la capital alemana y, ya restablecido, decidió regresar a su país, pese a ser consciente de que inmediatamente sería detenido y encarcelado, como ocurrió.
“Navalni fue un símbolo de libertad y democracia en Rusia. Es por eso exactamente que ha muerto”, apuntó la ministra de Asuntos Exteriores alemana, la verde Annalena Baerbock.