Las empresas interesadas en quedarse la unidad productiva de la histórica empresa zaragozana Leciñena tiene hasta el 20 de marzo para presentar una oferta de compra. El Juzgado de lo Mercantil número 7 de Madrid ha dado luz verde al proceso de venta de la compañía, que fue declarada en concurso de acreedores –de carácter voluntario– el pasado 27 de diciembre con un pasivo de 14 millones de euros. Del resultado de este proceso dependerá el futuro de los cerca de 80 trabajadores fabricante de remolques y semirremolques asentado en Utebo.
En el seno de la plantilla existe escepticismo sobre las posibilidades de encontrar un comprador que quiera continuar con la actividad. Sin embargo, desde la administración concursal, en manos del bufete madrileño Martínez Sanz Abogados, confían en el éxito del proceso y aseguran que existe interés en el sector al tratarse de una empresa «en funcionamiento» y con «pedidos en curso», además de contar con una plantilla especializada en esta industria y con larga experiencia.
«Lo que interesa es que la empresa siga y que lo haga con el mayor número de trabajadores posible», apuntaron desde el despacho de abogados. El plazo para presentar ofertas de compra ante el juzgado se abrió el pasado 7 de marzo y finalizará el día 20. Los principales activos de la empresa son sus trabajadores y la maquinaria, pero no las instalaciones que ocupa en la carretera de Logroño, ya que fueron vendidas hace unos años y ahora se explotan en régimen de alquiler.
Del resultado de este proceso dependerá el futuro de la plantilla, a los que no se ha eximido de la obligación de ir al trabajo aunque la fábrica funciona «bajo mínimos». El recorte de personal se da por asegurado, la duda es si será total o parcial. El primer caso se dará si la venta fracasa, lo que daría paso a la liquidación del negocio. Si se logra adjudicar la unidad productiva, el número de trabajadores que siga dependerá del proyecto que presente para dar continuidad a la actividad. Lo que sí es seguro es la salida de los cinco empleados de la delegación de Barcelona.
En cualquier caso, los gestores concursales ya han dado los primeros pasos para la presentación de un expediente de regulación de empleo (ere) y han mantenido contactos con el comité de empresa en esta línea. La incertidumbre cunde entre los trabajadores, que llevan sin cobrar sus salarios desde noviembre, cuando hizo un último pago de 400 euros.
Al pozo, por segunda vez
Se trata de la segunda vez que entra en un proceso de suspensión de pagos esta longeva industria zaragozana, que atesora casi 60 años de historia a sus espaldas. Hace casi diez años, cuando estaba bajo la propiedad de la familia que fundó el negocio y le puso su nombre, también cayó en un proceso concursal. Entonces fue como consecuencia de la crisis económica de aquella época, que derrumbó la demanda de remolques y semirremolques. Entonces también se abrió un proceso de venta de la unidad productiva, que acabó en manos del conocido empresario sevillano Juan Melgarejo a través Partners Connect Holding SL.
El negocio ha vuelto a acabar en una situación de insolvencia con la nueva propiedad. La compañía ha sufrido problemas de tesorería hasta el punto de que hace unos meses tuvo que paralizar la práctica totalidad de la actividad debido a que los proveedores dejaron de servirle material por los impagos que había contraído. Y eso, a pesar de contar con pedidos y carga de trabajo, según aseguran desde la plantilla.