Hace pocos días se ha celebrado en Madrid el XXVII Congreso de la Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV), un encuentro en el que los especialistas en retina han expresado su preocupación por lo que consideran una epidemia de miopía.
Y es que en los últimos años se está produciendo un aumento muy rápido a nivel global de esta patología ocular.
Según los datos de los que disponen los oftalmólogos, actualmente un tercio de la población mundial es miope, y el 5% tiene alta miopía. Y las estimaciones no son nada halagüeñas, ya que se espera que para el año 2050 la mitad de la población mundial sea miope y un 10% sufra alta miopía.
Esta situación se comenzó a producir en los países del sudeste asiático, como Japón, Corea o China, “en los que un porcentaje altísimo de la población tiene miopía, de ellos muchos con alta miopía (más de 5 o 6 dioptrías). Y esto puede tener consecuencias en la retina que pueden dar lugar a una pérdida de visión irreversible”, explica a este portal el presidente de la SERV, el doctor Alfredo García Layana.
¿Qué hay detrás del incremento acelerado de la miopía?
En el momento que saltó la alerta sobre el excesivo número de nuevos miopes, la comunidad científica comenzó a analizar sus causas.
- “Está claro que la miopía tiene un componente genético importante. Así, los hijos con un padre y una madre miopes tienen altas probabilidades de serlo. Pero el incremento tan rápido que se está produciendo durante estos años no se puede explicar totalmente por el factor hereditario”, señala el profesor García Layana.
Así que, tras diversos estudios la conclusión a la que se ha llegado es que el cambio en la forma de vida es la principal causa que está detrás del incremento de la miopía. Como detalla el experto en retina, “lo que ha cambiado es que hace 50 años los niños jugábamos en la calle, en el parque, pero ahora la mayoría de las actividades que realizan los niños son fundamentalmente de interior”.
“Están en casa viendo la televisión, jugando a videojuegos, con el móvil, además de leyendo y dedicando muchas horas de estudio”, algo que para el especialista es difícil de cambiar. Y aunque es cierto que realizar trabajos o actividades que requieran una visión de cerca no es malo en sí, se ha reducido el tiempo que se pasa al aire libre “lo que aumenta la prevalencia de la miopía.
No hay ninguna evidencia científica es que sea la luz que emiten los dispositivos móviles, la famosa luz azul, la que esté provocando cada vez más miopía
El problema no está en la luz que emiten los dispositivos móviles
La evidencia científica apunta claramente a la falta de vida en el exterior el incremento de la miopía. Y para explicarlos los científicos manejan dos teorías. Por un lado, está el ejercicio de acomodación que tienen que realizar nuestros ojos para ver a corta distancia. La otra teoría da más peso a la falta de exposición a la luz solar, aunque “probablemente la causa esté en la suma de las dos”, apunta el profesor García Layana.
De lo que si que no hay ninguna evidencia científica es que sea la luz que emiten los dispositivos móviles, la famosa luz azul, la que esté provocando cada vez más miopía. “Hay que tener en cuenta que estos dispositivos tienen una incidencia lumínica sobre nuestros ojos muy baja comparada con la que tiene la luz solar”, señala el experto en retina.
Además, “si la luz azul que nos llega cuando manejamos algún dispositivo móvil fuera perjudicial, lo sería todavía más la que nos llega cuando nos exponemos al sol, porque la intensidad en luxes de la luz solar es muchísimo más alta que la de cualquier dispositivo”, añade.
Hay que concienciarse de que la miopía no son solo gafas o lentillas si no que la alta miopía produce alteraciones en la retina
Cada dioptría importa
Cuando descubrimos que somos miopes lo más probable es que no le demos demasiada importancia y nos limitemos a usar unas gafas o lentes de contacto. Pero el presidente de la SERV advierte de que “cada dioptría importa” y que debemos vigilar su progresión.
“Hay que concienciarse de que la miopía no son solo gafas o lentillas sino que la alta miopía produce alteraciones en la retina, como maculopatía miópica y complicaciones como desprendimiento de la retina o glaucoma, que pueden dar lugar a pérdidas de visión irreversibles”.
Aunque es cierto que aquellos que sufren miopía magna (más de 6 dioptrías) son los que tienen más riesgo de desarrollar problemas más graves, lo cierto es que cada dioptría es importante y hay más riesgo teniendo 4 dioptrías, que no es una miopía magna, que teniendo solo una.
Complicaciones de la miopía
Hay que tener en cuenta que, además de necesitar lentes para corregir la vista, cuando se tiene miopía la anatomía del ojo cambia. “Un ojo miope es un ojo distinto, más alargado y a más miopía, más alargado. Y debido a ese alargamiento, cada vez se va a ir pareciendo más a una pelota de rugby en vez de ser esférico, lo que produce la aparición de problemas en la parte posterior del ojo, especialmente en la retina y la mácula. Y estos cambios, la gran mayoría de ellos son hoy irreversibles”.
Entre las complicaciones de la miopía, el profesor García Layana distingue entre aquellas para las que sí existe tratamiento, como la tracción de la retina, el desprendimiento de retina, o la aparición vasos anormales debajo de esta zona del ojo. Estos problemas se pueden operar o se pueden controlar “con algunos fármacos que se inyectan en el ojo”.
Pero hay otras, como «las maculopatías miópicas, provocadas por las placas de atrofia que afectan a esta zona del ojo actualmente, no hay forma de reponer esa retina”, advierte el oftalmólogo.
Hay que prevenir la miopía y su progresión
Conseguir detener la progresión de la miopía y reducir los nuevos casos es una prioridad para los especialistas en oftalmología. Para ello, el presidente de la SERV señala la necesidad de tomar medidas en la edad pediátrica que es “cuando aumentan más las dioptrías”.
Y para hacerlo es esencial recuperar las actividades al aire libre y reducir el tiempo que se pasa en lugares cerrados, sea con pantallas o no. “En el Sudeste asiático están haciendo que parte de las clases se realicen al aire libre”, cuenta el doctor.
Además de esta vuelta al aire libre, el especialista en retina señala que también se dispone de tratamientos para frenar la progresión de la miopía, como los colirios de atropina, las lentes de contacto de desenfoque periférico o la ortoqueratología. “Todo ello puede conseguir que, aunque la población siga siendo miope, el número de dioptrías sea menor, y a menos dioptrías, menos complicaciones”, concluye García Layana.