Isabel y Federico tenían 13 y 19 años cuando se enamoraron. Ella ayudaba a sus padres a regentar una pensión y él acudió a hospedarse allí.
Pese a su corta edad y ser muy jóvenes, todo fue un auténtico flechazo. Sin embargo, el destino los separó porque él tuvo que marcharse.
Prometió escribirle una carta cada día y lo cumplió, pero Isabel los las leyó ya que su madre tenía otros planes para ella.
Le buscó marido y un día antes de la boda quemó todas las misivas sin que Isabel tuviese la oportunidad de leer alguna de las palabras de Federico.
Con el paso del tiempo, ambos iniciaron sus vidas por separado, tuvieron hijo y se divorciaron.
Pasarían 50 años hasta que Isabel se arma de valor y decide emprender la búsqueda de Federico. Lo localizó en las redes sociales, le reconoció por las manos y le felicitó el cumpleaños.
Fue como si nunca hubiese pasado el tiempo ya que su amor era tan intenso como cuando se conocieron y decidieron sellarlo definitivamente.
Visitan el plató de Y ahora Sonsoles para demostrarle al mundo que el amor, sin duda, puede durar toda la vida.