‘Amar es para siempre’ se acerca a su final definitivo. La serie diaria de Antena 3 ha empezado a resolver a algunas de las tramas que están marcado esta última temporada como las que implican a Elena Santacruz (Miriam Díaz-Aroca), que se ha enfrentado a su juicio contra Lola Gómez Sanabria (Clara Garrido), hija de los míticos Marcelino y Manolita, tras el incidente que protagonizaron el taller.
En esta trama argumental, durante las sesiones en el tribunal que juzga a la hija de los propietarios de ‘El Asturiano’, Elena tiene claro que el papel que debe interpretar es el de una mujer acosada por la madre biológica de su hija, quien, en un intento por resolver las cosas, se convirtió en víctima de la locura de Lola al ser atacada con un cúter.
Pero, por el contrario, está el papel de Quintero (Iñaki Miramón), abogado defensor de Lola, que ha puesto en el foco la malicia de Elena, tratando que el juez viese que Lola era una víctima: «Desde que se reveló su identidad, mi clienta ha sido acosada«.
Quintero ha expuesto ante el juez que Elena le encargó a Lola el cuidado de Malena (Paula Gallego) y que, cuando ya había empezado la guerra entre ambas, llamó a Lola para que se sometiera a una peligrosa operación para salvar la vida de la pequeña de los Quevedo: «¿Esta es la actitud de una persona agresiva o de una madre responsable que lo único que quiere es salvar la vida de su hija?».
Como es natural, estas palabras no han sentado nada bien a Elena antes de que el juez dictase sentencia. De hecho, Santacruz ha defendido que lo único que deseaba era salvar la vida de su hija, admitiendo que permitió que Lola pudiese ver a Malena tras ese gesto. «No tengo más preguntas señoría», ha asegurado el abogado.