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En esta ciudad digital todos somos habitantes, pero cada vez hay más prescriptores. Las plataformas se han convertido en un espacio para darse a conocer y para erigirse como persona de influencia, pero también como un lugar común donde expresar ideas e intimidades y mostrarte, al fin y al cabo, ante la pantalla ‘para existir’.

Hoy, ya sabemos que todo son etiquetas. Y en TikTok, Instagram, X, YouTube o Twitch no es menos. Los creadores de contenido también tienen que sufrir estas etiquetas, cómo no, y algunas se colocan según las cifras: macro-influencers, fama-influencers, micro-influencers… Todo depende del número de seguidores que tengas, claro. 

De estos números también depende la atención, porque los algoritmos no trabajan en vano. Y eso las marcas también lo saben: por eso buscan a gente que pueda influir. Que sepa influir en un público determinado y que no sea demasiado polémico. Puro marketing.

¿Existe un ‘camino’ hacia la ‘influencia’? ¿Cómo se pasa de ser creador/creadora de contenido a ser influencer? ¿Hay diferencias? Estas preguntas se las vamos a trasladar a nuestra invitada de hoy en Random.

Albanta San Román es actriz, escritora, podcaster y también creadora de contenido. Seguro que más cosas que hoy nos va a contar. Su evolución como creadora está ligada a la evolución de las propias plataformas. ¿Os acordáis cuando Instagram solo permitía subir fotos? Hoy, para una marca sería una micro-influencer, pero nosotros vamos a ver qué le parece esa etiqueta y otras que se usan para marcar a la gente que se dedica a crear contenido en redes.


Albanta San Román es la invitada del cuarto episodio de ‘Random’

Javier Carbajal

Valía no es igual a ‘likes’

Esta actriz madrileña tan solo era una adolescente que acababa de cumplir 18 años cuando comenzó a subir contenido a YouTube. Era un momento, 2015, en el que ya se viralizaban algunos vídeos en esta plataforma. «Yo creo que el término influencer ni existía, no había manera de dedicarse profesionalmente», contextualiza la propia Albanta. 

Formada en la Real Escuela Superior de Arte Drámático (RESAD), las plataformas le sirvieron para darse a conocer en el mundo de la interpretación y para, más tarde, poder compartir los poemas que ha recopilado en dos libros. Y así lo cuenta en el pódcast: «Simplemente buscaba compartir mis cosas y que alguien al otro lado me escuchara y sintiera afinidad. Buscaba poder hablar de mis poesías y que alguien quisiera escucharlas».

Ahora, Albanta cuenta con casi 200.000 seguidores, repartidos por todas las plataformas, pero que no le hacen pensar que el éxito dependa de unos números: «Hay un discurso muy peligroso que te hace pensar que tu valía está en lo que es el numero salido de una cajita de likes».

De trabajar en una tienda de lujo a vivir en las redes

Hasta hace unos meses, Albanta compaginaba el trabajo «en una tienda de lencería del sector de lujo» con su vocación de actriz y escritora, y el ser creadora de contenido en redes sociales. Ahora eso ha cambiado y la oportunidad comercial que ofrecen las plataformas como TikTok o Instagram para las marcas y anunciantes ha hecho que ella también pueda subirse a ese carro, para compaginarlo con sus dos pódcast, ‘Keep it Cutre’ y un nuevo formato que hace junto con su padre, ‘Papá, una cosa’.

«Creo que es fácil captar la atención, para bien o para mal, pero si tuviera que dar un consejo sería intentar viralizar siempre de una manera sana», cuenta la protagonista de este capítulo de ‘Random’. «Como creadores tenemos una responsabilidad», subraya. 

Albanta San Román comenzó subiendo vídeos sobre sus poesías en YouTube


Albanta San Román comenzó subiendo vídeos sobre sus poesías en YouTube

Javier Carbajal

 

En el mundo del marketing para redes sociales, ahora tan demandado, el perfil de Albanta San Román en Instagram, por ejemplo, sería el de una micro-influencer por su número de seguidores (esta categorización incluye a las cuentas entre 10.000 y 100.000 seguidores) en comparación con las grandes cuentas. Pero ella reniega de las etiquetas y se enfunda la capa de ‘anti-influencer’: «Esas etiquetas existen porque tienen que existir, pero no miden exactamente la influencia ni el impacto que un perfil puede crear», defiende.

Discurso feminista y denuncia de una agresión sexual

Hace tan solo unos meses, un vídeo que subió a sus cuentas sirvió para denunciar una agresión sexual que había sufrido. Su relato sirvió para visibilizar la violencia con la que se siguen encontrando las mujeres a pie de calle. «Primero necesité un poco de tiempo, pero cuando estaba fuerte física y mentalmente, lo conté», recuerda la propia Albanta.

Su relato, explica, no fue «para contar que había sido agredida», sino para utilizar su caso «como ejemplo» a la hora de contar lo que es una realidad. «Yo en ese vídeo simplemente dije lo que me había pasado, para usarlo de excusa para hablar de cómo las calles no son nuestras».

Esa denuncia se hizo viral y, a partir de ahí, Albanta ha continuado acumulando seguidores en sus perfiles y un discurso más social se apoderado de sus contenidos, que ahora se centran también mucho más en la actualidad y, como en cada vez más creadores de contenido, en trabajar para marcas y anunciantes en la ‘pantalla vertical’.

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