Los Juegos Olímpicos de verano de este año se celebrarán entre el 26 de julio y el 10 de agosto, justo durante el pico del ciclo estacional de temperatura en el área de París. El riesgo de que se registre una ola de calor existe, con el consiguiente peligro para los deportistas de algunas disciplinas, para los voluntarios y para los visitantes, según una investigación publicada en la revista ‘Npj Climate and Atmospheric Science’.
Las latitudes medias del hemisferio norte fueron testigos de algunas olas de calor intensas desde el evento extremo de 2003. Esas olas de calor, que a menudo llegaron por sorpresa, tuvieron impactos negativos tanto en el medio ambiente como en la biodiversidad y la salud humana.
La capital francesa, particularmente, ha sido escenario en los últimos años de veranos abrasadores, en los que se han superado todos los récords históricos de calor. En el verano de 2019 se registró la mayor temperatura jamás observada en París: 42,6ºC, pero la ola de calor más mortífera fue la de 2003, cuando se estima que murieron a causa de las altas temperaturas 15.000 personas en Francia.
Los autores del estudio analizaron las olas de calor más extremas en Ile-de-France que sean físicamente plausibles, bajo escenarios de cambio climático, para las décadas cercanas a este año. Descubrieron que el récord de 2003 puede superarse en más de 4°C en la Isla de Francia (región de París) antes de 2050, con una combinación de condiciones anticiclónicas predominantes y mínimas límite.
La intención de los investigadores fue «concienciar sobre estos acontecimientos sin precedentes, frente a los cuales nuestras sociedades están mal preparadas, a pesar de las medidas de adaptación diseñadas a partir de acontecimientos anteriores. Esos resultados podrían extenderse a otras zonas del mundo», añaden.
Estrés por calor
Los investigadores comienzan su informe resaltando que durante los Juegos de París se espera que decenas de miles de visitantes de todo el mundo permanezcan al aire libre y estén expuestos a un posible estrés por calor. Destacan que los anteriores Juegos, en 2021 en Tokio, fueron los más cálidos registrados desde 1952, con una temperatura promedio que superó el valor de París en 2003.
«La ola de calor de Tokio tuvo un enorme impacto en los atletas y voluntarios. durante competiciones al aire libre», indican. No obstante, la crisis provocada por la pandemia de coronavirus limitó la exposición del público extranjero en la cita nipona.
«Anticipar los riesgos de una intensa ola de calor en las décadas actuales; es decir, el peor de los casos, es crucial para la sociedad», exponen los investigadores, que estimaron los peores escenarios de olas de calor en Francia en julio y agosto.
Las simulaciones climáticas realizadas por los científicos franceses muestran que el riesgo de una ola de calor de dos semanas de duración durante los Juegos Olímpicos de París es aún mayor sur la ola récord registrada en la capital gala en 2003.
Los expertos temen, sobre todo, por los espectadores, que consideran más vulnerables que los deportistas. Y aconsejan adaptar los horarios de algunas pruebas al aire libre para evitar los momentos de máyores temperaturas. Preocupan, sobre todo, las pruebas de disciplinas como el atletismo –en especial el maratón–, pero también otras como el tenis, el voley-playa, la hípica, el hockey sobre hierba o el ciclismo.
Exceso de mortalidad
Todo lo anterior con una particularidad: París es la ciudad europea con mayor riesgo de muerte relacionada con el calor, según otro estudio publicado hace un año en ‘The Lancet Planet Health’. Aquella investigación examinó 854 áreas urbanas de 30 países, y los valores más altos de muerte por calor (también se analizaron los impactos por frío) se hallaron en París, para todas las edades, pero sobre todo para personas con más de 85 años.
Los resultados de esa investigación señalan que hay mayores impactos tanto del frío como del calor en Europa oriental, y que países como Croacia, Bulgaria y Rumania mostraron una mayor vulnerabilidad que los países de Europa occidental.
El exceso de mortalidad fue en general menor en Europa occidental que en otras regiones, incluidas el norte y el sur de Europa, excepto en unas pocas ciudades muy grandes, como Londres (Reino Unido) y París (Francia).
Los países del norte de Europa mostraron los riesgos más bajos de calor, pero también una vulnerabilidad relativamente baja al frío dada la exposición mucho mayor a las bajas temperaturas, «lo que sugiere una capacidad de adaptación a climas fríos rígidos, especialmente en comparación con los países de la región oriental», recoge el informe.
«También encontramos impactos asociados con el calor en ubicaciones mediterráneas, aunque este impacto fue menor cuando se tuvieron en cuenta las diferencias de edad», señalan los autores. Se pueden observar, asimismo, algunas diferencias dentro de los países, vinculadas a variaciones en el clima local y a efectos de islas de calor urbanas.
Informe sobre los Juegos de París: https://www.nature.com/articles/s41612-023-00500-5
Informe complementario: https://www.thelancet.com/journals/lanplh/article/PIIS2542-5196(23)00023-2/fulltext
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