Florentino Pérez lo tiene muy claro: los tiempos cambian y las oportunidades pasan. En la vida, en el fútbol y, por supuesto, en el Real Madrid no hay nada para siempre. Mbappé, que en los últimos años era visto en el Bernabéu como el gran objetivo estratégico, como el mejor jugador del mundo de forma indiscutible, ya es observado de manera diferente. ¿Acaso el francés sigue siendo el número uno? ¿Por qué tiene que ganar más que Bellingham o Vinicius? Son dos preguntas que ahora mismo se hacen en el Real Madrid y que lo cambian absolutamente todo respecto a los últimos tiempos. Recordemos. Hace tres años el Madrid llegó a ofrecer 200 millones al PSG por Mbappé sin recibir respuesta del club parisino. Hace dos, Florentino estaba de nuevo dispuesto a hacer un gran dispendio para ficharlo. Había que echar el resto para conseguir vestirlo de blanco. Costara lo que costara. Dependía del jugador, todo estaba en sus manos. Y eligió renovar su contrato. Eso sí, una renovación lo suficientemente corta para volver a la casilla de salida lo antes posible.