Un equipo del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha publicado una investigación en la revista Journal of Psyquiatric Research que evalúa la asociación entre el distrés psicológico y la mortalidad en la población adulta española. La conclusión del estudio es que los individuos con distrés psicológico (negativo) presentan mayor riesgo de mortalidad tanto por causas generales, como por enfermedades cardiovasculares y por diferentes tipos de cáncer.
Según diferentes guías, se define el distrés como el ‘estrés desagradable’, aquel que ‘produce una progresiva pérdida de energía, agotamiento emocional y desmotivación general’. Por ejemplo, la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), explica que «toda persona hace constantes esfuerzos cognitivos y conductuales para manejar adecuadamente las situaciones que se le presentan, por lo tanto, no todo el estrés tiene consecuencias negativas. Solo cuando la situación desborda la capacidad de control del sujeto se producen consecuencias negativas. Este resultado negativo se denomina distrés, a diferencia del estrés positivo, o euestrés, que puede ser un buen dinamizador de la actividad conductual (laboral, por ejemplo)».
Sin diagnóstico
El estudio del Instituto de Salud Carlos III está enmarcado en el grupo de trabajo ‘Mortality to Spanish Health Surveys (MESES)’, liderado por el investigador del ISCIII Iñaki Galán, del que forman parte las investigadoras Teresa López-Cuadrado -primera firmante del trabajo-, Cristina Ortiz y Ana Ayuso-Álvarez. El equipo ha observado que esta asociación es mayor entre las personas a las que no se les habían diagnosticado previamente un trastorno mental, y en los pacientes que no tomaban medicación prescrita para problemas mentales.
Para la investigación se han analizado 21.003 individuos, a las que se ha llevado a cabo un seguimiento de nueve años
Para la investigación se han analizado 21.003 individuos, a las que se ha llevado a cabo un seguimiento de nueve años. Concretamente, el riesgo de mortalidad global entre las personas con trastornos psicológicos que ya contaban con un diagnóstico previo de trastorno mental fue de 1,18, frente a 1,34 en las personas sin dicho diagnóstico.
Menor riesgo en los medicados
Según lo observado, las personas participantes con distrés psicológico que tomaban fármacos para el tratamiento de trastornos mentales tenían un riesgo de mortalidad menor que los que no estaban en tratamiento. Teresa López-Cuadrado e Iñaki Galán señalan que las conclusiones de este trabajo pueden tener importantes implicaciones en salud pública.
Para llevar a cabo esta investigación se han utilizado datos de la Encuesta Nacional de Salud, que coordina el Ministerio de Sanidad
Porque, dicen los investigadores, «a pesar de la alta prevalencia de los problemas de salud mental, muchas personas no buscan ayuda profesional con prontitud, y, por tanto, pueden recibir el tratamiento demasiado tarde, o incluso no llegar a recibirlo».
Para llevar a cabo esta investigación se han utilizado datos de la Encuesta Nacional de Salud, que coordina el Ministerio de Sanidad, junto a información de los registros de defunción hasta diciembre de 2020. La variable principal de análisis es el denominado ‘GHQ-12’, un instrumento auto-administrado de cribado que tiene por objetivo detectar la prevalencia de casos probables de morbilidad psiquiátrica o de padecimiento psicológico en la población.